En nuestra ruta por la Ribeira Sacra del otro día, pudimos observar de nuevo el tremendo daño que puede llegar a hacer el fuego. Verlo tan cerca duele más si cabe. Parece que el paisaje habla. Vaya si habla...
14 de septiembre de 2010
6 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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la pena es que aunque hable no pueda señalar al culpable...
ResponderEliminarYo se quien es el culpable: El hombre.
ResponderEliminarDonde hay agricultura no hay incendios.
Es desolador mirar un paisaje calcinado por las llamas. Y, en la inmensa mayoría de las ocasiones, el fuego es intencionado.
ResponderEliminarHabría que endurecer las penas a estos salvajes.
Saludos.
En esta imagen se puede ver la línea que separa el verde del negro...la vida de la muerte...
ResponderEliminarImpresiona, la verdad. Verlo de cerca.
En cambio aquí las lluvias...
ResponderEliminarMe gusta la nueva presentación del blog, por cierto :)
Ana, paso a enlazar tu blog para tener Venezuela más cerca. A ver si nos cae algo de agua...
ResponderEliminarFelices sueños.