El Preámbulo de nuestra Constitución no es que tenga valor jurídico pero se parte de unas intenciones que, a todas luces, se encuentran desde hace tiempo, y en estos especialmente, en pleno debate.
Sigo pensando en la utilidad de un texto que conforma un marco necesario para todo lo demás.
Hay artículos que se defienden con ellos mismos y otros, en cambio, necesitan desarrollo. El texto toca temas de notable actualidad hoy en día. Hablo por ejemplo del artículo 18 (en ese tronco central) y esos límites al uso de la informática que ya se veían necesarios allá por el año 1978.
De ella aprendemos del pasado, del presente y del posible futuro de nuestro país. Es Historia con mayúsculas.
Dejo aquí el texto del Preámbulo, como homenaje y respeto a nuestra Ley de leyes.
Para meditar. Todo en ella provoca meditación.
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.