Cuando regresan las lluvias, es curioso, no echo de menos los atardeceres tardíos en la playa. Y al revés. Es como si la belleza del momento nublase las otras bellezas. Las que, por lejanas, desaparecen.
Si lo pienso, puede también ocurrir lo contrario. La distancia provoca que nos quedemos con lo más bello, eliminando cualquier rastro de decepción y tristeza.
Pensamiento campurriano, cuando la lluvia golpea fuertemente el cristal de la ventana.
Al principio, sobre todo este año que ha llovido tan poco, a mi me ha ocurrido igual, pero cuando se instalan y parece que el cielo se rompe, tanta agua lloreándolo todo a todas horas, comienza a generarme una especie de fobia acuática asfixiante que difumina toda posibilidad de poder disfrutar de esa belleza plácida que tan bien describes.
ResponderEliminarUn placer saber que aun permaneces por estos mundos, hace muy poquito que he vuelto y volver a leer un blog amigo es algo así como ver asomarse el sol en medio de un cielo encapotado ; )
Un besito Campu ¿ sabes algo de Julio y Douce ? si sigues en contacto con ellos transmíteles mi recuerdo y cariño!!
Esto define a las personas. Las mejores decantan los días para quedarse con lo mejor, lo más hermoso.
ResponderEliminarConsidérate afortunada.
ResponderEliminarEso es un don.
A mí la lluvia suele entristecerme pero a la vez me gusta. Me refiero a la lluvia abundante y generosa.
Qué lástima que haya gente que no sepa comportarse.
ResponderEliminarTe comenté ayer y no sé si te ha llegado o ha ido al spam que es lo que pasa últimamente con algunos comentarios en Blogger.
Cuánto necesitamos la lluvia.
ResponderEliminarMaría, gracias por tus palabras. Yo también me alegro de verte. Blogs amigos que aparecen y desaparecen. Etapas de vida.
ResponderEliminarY sí; La lluvia puede ser como esas ciudades grandes, que ofrecen tanto pero también llegan a ser frías por momentos. Heladas, si uno tiene el ánimo "tocado".
Yo también pienso en esos amigos comunes de los blogs. Los tengo muy presentes. Una parte de mi vida se queda con ellos para siempre. Conmigo para siempre.
Toro, he tenido una época de caminar bajo la lluvia. Eso sí; con buena ropa. Merece la pena invertir ahí y no perderse un paseo de lujo.
No sé a qué te refieres con tu comentario no publicado. Espero que no haya habido incidencias importantes.
Pedro, tú lo sabes bien. Cada estación con su regalo. Todas son especiales por algo y hay que saber disfrutarlas con serenidad. Desde luego, necesitamos la lluvia.
Un abrazo a todos.
En estos momentos se que lo necesario es oír el repiqueteo de la lluvia en mi ventana y mejor en la de muchas ventanas.
ResponderEliminarBesos.