El Preámbulo de nuestra Constitución no es que tenga valor jurídico pero se parte de unas intenciones que, a todas luces, se encuentran desde hace tiempo, y en estos especialmente, en pleno debate.
Sigo pensando en la utilidad de un texto que conforma un marco necesario para todo lo demás.
Hay artículos que se defienden con ellos mismos y otros, en cambio, necesitan desarrollo. El texto toca temas de notable actualidad hoy en día. Hablo por ejemplo del artículo 18 (en ese tronco central) y esos límites al uso de la informática que ya se veían necesarios allá por el año 1978.
De ella aprendemos del pasado, del presente y del posible futuro de nuestro país. Es Historia con mayúsculas.
Dejo aquí el texto del Preámbulo, como homenaje y respeto a nuestra Ley de leyes.
Para meditar. Todo en ella provoca meditación.
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
Pero que bello gracias
ResponderEliminarUn conjunto de buenas intenciones, que los jueces de Constitucional, ya moldearían a su gusto.
ResponderEliminarBesos.
Recomenzar, es un buen comienzo y también un fin en sí mismo nuestra Constitución. Así la veo y así la siento.
ResponderEliminarAlfred, en estos momentos quiero pensar que sí sirve para algo todo ordenamiento jurídico que se nos ponga por encima. La pena es que a veces hemos tenido que subir otros escalones a nivel Administración para que se nos haga caso.
A pesar de todo, sí pienso que las buenas intenciones son un comienzo importante y muy necesario.
Pues sí, mi querida CAMPU, para meditar, para conocer y valorar, cosa que me temo no ahce casi nadie y por eso todo anda tan revuelto. La constitución es nuestra declaración de intenciones de lo que queremos ser como Nación y será lo que sea, necesitará los retoques que precise, pero debe ser respetada, querida y cuidada... nada de lo que hacemos.
ResponderEliminarGracias por esta entrada, le debemos mucho más de lo que nadie imagina a este libro.. me aterra pensar lo arrastrado que lo llevan paseado algunos.
Un beso grande bonita!!
La constitución está como estaba en 1978.
ResponderEliminarEl país ya no es aquel.
Y lo de algunos magistrados no tiene nombre... bueno, sí, lacayos... pero incluso lacayos se queda corto.
Me quedo con las palabras de María: Necesitará los retoques que precise, pero debe ser respetada, querida y cuidada.
ResponderEliminarPor TODOS nosotros. Por un país en el que no se generen precisamente desigualdades que supongan injusticias. Por un país que no tenga un bailoteo sobre su cabeza sino una imagen digna de permanencia. Espero que así sea. Es más; Deseo que así sea.
Hoy hay muchos que dicen, a gritos, que la Constitución que nos dimos (el abrazo de entonces), no sirve ya para nada... Se les olvida, o desconocen que hubo tiempos en que algunas gentes quemaban iglesias, y después, poco después, hubo muchas gentes, de un lado y de otro, que se dedicaron, ahora, a quemar personas... Ojala esos tiempos de tanta chamusquina y tanta negrura no regresen nunca a nuestro país... Ojalá se imponga la sensatez... Si hay que cambiar algo, cambiese, pero no a las bravas... Apaguense de nuevo las hogueras, que muchos estamos hartos de tantos incendios padecidos...
ResponderEliminarIldefonso, totalmente de acuerdo. Y... la culpa no es de la Constitución. Al menos, para meditarlo.
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