He de confesaros un pequeño pecado. No es pecado pero me gusta denominarlo así y esto es lo bueno de escribir lo que a una le da la gana, sin tener al profesor "tradicional "con el machete detrás para cortarte la mano si no escribes cómo mandan los cánones del momento. Me alegro, por cierto, de no haber aprendido a escribir en estas actualidades que muchas veces marean más que otra cosa. Otras veces pienso que me hubiera gustado ser tierno aprendiz hoy, porque también se concede importancia a lo que antes no tenía ninguna y era igualmente importante. Aunque el problema ahora es otro: O nos quedamos cortos o nos pasamos de la raya... Somos incorregibles.
Ahora sí; Os confieso mi pecado que no es pecado:
De esos tres cerebros que tenemos, el que predomina en mí es el emocional. Soy esclava del sistema límbico. El racional, para otro momento en términos generales... El reptiliano, pues algo debo de tener también porque ni me he muerto aún ni me han matado, que vendría a ser algo semejante si únicamente tenemos en cuenta el dejar de respirar.
No es que tenga totalmente desatadas mis emociones, pero podría decir que las contengo muy poco últimamente, y en eso tiene algo que ver el neocórtex, que al menos sirve de freno al desastre total.
Imagino como caballos desbocados a mis emociones. Cabalgando a lomos de ellas, el bosque se convierte en una masa verde amarronada.
En uno de esos troncos verdosos, cuelga un cartel de SE BUSCA:
SE BUSCA:
REFLEXIÓN
AUTOCONTROL
CONCENTRACIÓN
Estado actual: Buscando el bosque detenido.
Bueno, pues ahora que ya se lo que es y lo que representa el neocórtex,(gracias por la lección) creo que es buena la elección de introducirse en un bosque y acumular corteza de los arboles para el cerebro. Cuatro milímetros de Neocórtex en nuestro cerebro me parecen pocos.
ResponderEliminarY si te sirve de consuelo yo también soy muy emocional y gestiono muy mal mis emociones, que soy un llorón en resumidas cuentas.
Los bosques sanan.
Un abrazo.
Llorar no es malo, Tejón. La falta de lloreras es lo que considero realmente malo. Todo dentro a presión. PELIGROSAMENTE.
EliminarMe gusta la analogía que haces entre ambas cortezas. La verdad es que no lo había pensado.
Veo que nos juntamos aquí muchos seres emocionales.
Las emociones en sí mismas no son buenas ni malas. Debemos considerarlas AMIGAS, de hecho.
Has tenido suerte.
ResponderEliminarEstás viva y no analizas todo convirtiendo tus días en un raciocinio constante que por cierto no lleva a ninguna parte.
La mayoría de lo que pensamos sesudamente depende de tantas cosas independientes de nuestra voluntad que yo aconsejo guiarse antes por la intuición que por análisis profundos que suelen estar contaminados por espejismos y frases huecas.
Disfruta de tus emociones y considérate afortunada.
Besos.
Últimamente, Toro, creo que tengo un "avisador" de lujo. Es mi cuerpo, como el vuestro. Sólo hace falta escucharlo. El mío se queja últimamente, por cierto. Y sé que debo ponerle remedio para acallar su sabio discurso. Continúo con marejadas en mi interior. Quizá algún día llegue el verano a este continente nada contenido.
EliminarPues nada, mal de muchos consuelo de tontos, aquí va la tercera ídem! jaja a mi me colocaron un caballo salvaje dentro al que tengo que ir tirándole de las riendas hasta que darme sin manos, pero ahí voy.. jajaja cómo puedo. El caso es que lo mío es aun más confuso, porque aunque soy muy emocional, a la vez soy muy racional y no sé cómo se come esto pero es así. Esta parte corta de raíz los impulsos que a veces me asaltan, por eso no lo tiene fácil el neuromárketing conmigo, según se me encandilan los ojos del sistema líbico con algo ¡ zas! el neocortex se pone firme y lo frena en seco .. bueno, a veces le cuesta imponerse, pero mi instinto de supervivencia es enorme y le ayuda a decidir lo que debe o lo que no debe hacer.. casi siempre, si me ponen un cuenco de helado de chocolate o ron con pasas .. no atiende a razones y se me desboca el caballo ; ) Sonrío casi tanto como lloro ..pocas veces por pena, casi siempre de emoción, en fin, un manojo de contradicciones ; ) Un besazo! Confiesa: ¿ has estado leyendo a Paul MacLean? ; )
ResponderEliminarMaría, eres única! Creo que los caballos a veces tienen que desbocarse para liberar presión, para conocer más allá. Para regresar con aprendizajes, aunque a veces estos conlleven serias amarguras. Y menos mal que existen esos frenos de nuestro lado más racional. Aunque estos nos provocan también serias preocupaciones. Indecisiones, incluso. Tanto pensar para elaborar la decisión más acertada, y de repente sólo encuentras ECO. No me hagas caso, que necesito un café. Aún me quedan deberes por hacer en esta tarde de viernes y lluvia.
EliminarNo he leído a Paul McLean pero sí sobre ese cerebro dividido en partes tan fundamentales. Todos tenemos algo de las tres partes. El caso es que aquí, en este saloncito, estamos plenos de EMOCIONES.
Mejor la inteligencia emocional que la artificial.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, ¡Toda la razón! Estoy de la inteligencia artificial hasta no sabes dónde. Espero que disculpes la grosería.
EliminarBesos.
¡Hola!
ResponderEliminarpues aquí tienes a otra en la que predomina su cerebro emocional, soy mucho de actuar pensando poco, usando poco el racional, digamos que por mi forma de ser predomina el corazón a la cabeza. Aunque bueno, también analizo las cosas que son analizables para no llegar al desastre total. Es lo que tiene ser impulsiva, también suelo cabalgar a lomos de mis emociones de forma desbocada en muchas ocasiones, aunque por suerte tengo amigas que agarran mi caballo y lo frenan, me ayudan a pensar antes de actuar
Muy recomendable esa búsqueda tuya de reflexión, autocontrol y concentración
Besos
Marian, tengo una amiga que en el Whatsapp tiene una frase que identifico mucho con ella: Donde el corazón me lleve...
EliminarMuchas veces, al precipicio, no te lo voy a negar. Pero lo contrario también sería terrible. No dejarse llevar nunca...
Ay, qué hermosa la emoción desbocada y cuántos disgustos nos da...
ResponderEliminarPedro, es verdad. Disgustos nos dan muchísimos. Pero sigo pensando que las personas que parecen más distantes, más contenidas, las tienen igualmente pero encerradas en contra de su voluntad. Y no sé qué será peor...
EliminarMe acuerdo de niño que nos decían algo así como "los hombres no lloran". Esa educación afortunadamente ya casi no existe. Hay que mostrar las emociones y solo hay que controlarlas cuando haya necesidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Luis Antonio, disculpa porque tu comentario había caído en las garras del malvado Spam. Ya recuperado de entre sus fauces, te comento que me han recordado tus palabras a esa canción de Bosé:
EliminarLos chicos no lloran, tienen que pelear...
Esa educación ha desaparecido, o está en proceso, y gracias a Dios. Ha hecho muchísimo daño a aquéllos que tenían que ocultar sus emociones. De todas formas, pienso que también las mujeres hemos tenido que contenernos mucho. Ahora se puede hablar sin tapujos de multitud de temas que antes tenían que mantenerse ocultos por "El qué dirán" o por la vergüenza, el pudor absurdo. Eso hizo mucho daño. También es cierto que "El que dirán" era mucho más importante y necesario antes. Esta sociedad ya es más individualista, con sus grandes defectos también.
Un abrazo y buena tarde de sábado.