16 de diciembre de 2006
6 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esas meriendas de bocadillos de caramelo y de Barrio Sésamo, los juegos, la mariola, los cumpleaños con globos y piñatas, las escaleras mecánicas, los flotadores, correr por la arena, saltar en los charcos, mancharse, refunfuñar, "enamorarse" del niño de La Historia Interminable y, sobre todo, preocuparse sólo por el presente...
ResponderEliminarvolver al jardín de infancia...
ResponderEliminarQueda resignarse a tomar bocatas de nocilla de vez en cuando ;-)
Pues el caramelo (leche condensada cocida) sigue estando buenísimo. Te lo recomiendo, María.
ResponderEliminar;)
El chandal azul con rayas blancas, las katiuskas(tan de moda ahora y que yo odiaba), las fiestas de cumpleaños con tartas de galleta-chocolate-gominolas, las vacaciones, mis primos, bajar a jugar a la calle, pelearse por la Nancy con mi hermana(es que Paula rompió la suya antes), quedarse en casa por un catarrillo... Ay, ahí está el resumen de la felicidad!
ResponderEliminarQue nos quiten lo "bailao".
Las trabas del pelo, los cromos de flores y de muchos colores metidos en las cajas de galletas, la alfombra de Aladino, la varita mágica, el chupete de mi hermana, el camión azul, los palotes, la Masa, las excursiones de Cantimplora y taper de Hello Kitty, las bolsas de la merienda, Heidi....
ResponderEliminarSíííííííí, las bolsas de la merienda!!!
ResponderEliminar