Soy consciente de que ya ha aparecido algunas veces por el saloncito. Ayer, debo decirle, le puse los cuernos con La Embajada. Me daba pereza escuchar a la -antes moderna- Ágatha Ruiz de la Prada. Y bueno...a Pedrojota ya le he escuchado unas cuantas veces también...
Vaya, que no me interesaba el programa recién estrenado de Bertín en Tele5 y, como no tenía ganas de hacer cosas provechosas de verdad, me tiré a la piscina con el folletín de buenos actores y no tan buenos... Así, para no pensar demasiado en estos tiempos en los que pensar no se lleva demasiado, de cara a la galería al menos...
Iba de corrupción. Va de corrupción este folletín. De corrupción inevitable...como inevitable es librarnos de ella con la impronta de ser humanos y no divinos. Tan lejos estamos de esa divinidad que ya no la espero. Aprendamos a vivir en medio de la mierda si queremos llegar a rozar con los dedos esas porciones de felicidad, de bienestar al menos...con nosotros mismos, con nuestras cabecitas complejas y puñeteras tantas veces...
Lo siento, Bertín. Me aproximaré a ti si me interesa el personaje o coincide que paso por allí. Ya sabes cómo es la tele. La tele, como la vida, es una casualidad de casualidades, y cada vez menos maravillosas por la edad; por el paso del tiempo que cada vez pone más difícil el éxito porque el éxito es de las cosas sencillas. A las cosas sencillas pertenece, y sólo a ellas. Se nos olvida tantas veces...
Espero tengas éxito, espero también te lo ganes.
Espero tengas éxito, espero también te lo ganes.
¡A por ellos, Bertín! ¡A por los personajes que tengan cosas que decir!