A día 7/6/2018 a las 19:41h:
Acabo de conocer la composición del nuevo Consejo de Ministras y Ministros de Sánchez y debo decir que me ha sorprendido positivamente, bajo una visión general. En gran parte, debido a las no concesiones a Podemos y nacionalistas, así, a bote pronto.
Quizá, la presencia de un astronauta me parezca un tanto exótica pero, en principio, nada equivocada. La presencia también de un adicto a las redes sociales, entre otras tantas cosas, como lo es Màxim Huerta, de un atrevimiento increíble, de una valentía digna del más puro surrealismo o inconsciencia política, y de una modernidad un tanto positiva también. No dudo de la capacidad de Màxim pero, ¿Qué queréis que os diga? Me cuesta verlo ahí con cartera ministerial.
En general, un equipo fresco, joven, con ganas de hacer cosas y cambiar visiones ancladas en un pasado pesado. Un equipo con más color al que nos tenían acostumbrados últimamente, formado, con experiencia en los distintos sectores de la sociedad y con conocimiento de esa Europa que nos observa atenta y de esa Cataluña que aguarda.
Pedro, debo decirlo, me has sorprendido con tu elección. Hay ya negruras en tu Gobierno pero es difícil que no las haya. Soy consciente de ello. Por mí, un voto de confianza y ¡al toro! Aun, a pesar de que no lo tenéis nada fácil para gobernar a priori.
A día 4/6/2018 a las 22:33h:

Hoy he releído las entradas del saloncito que hacían referencia a Pedro Sánchez. Me he quedado sorprendida porque ya son unas cuantas... Más de las que yo recordaba, la verdad. Creo que ya no tengo mucho más que añadir. Por desgana, aburrimiento, alejamiento... Todo lo que me produce hoy en día esta política nuestra.
Y sí. En realidad, estoy sorprendida con los hechos recientemente ocurridos en nuestro panorama político. Ya no esperaba este paso por Moncloa de nuestro guaperas, pero ahí está; redecorando con Begoña sus futuros y, ya presentes, aposentos. Yo le deseo valor y suerte. También, sentido de Estado. No quisiera estar en su piel porque, sólo de pensarlo, me agoto. Demasiadas voces discordantes y consentidas. Demasiadas.
Pienso en ESPAÑA y sufro.