Abro los ojos y descubro la sensibilidad del hombre que pulía los cuerpos como se pulen los corazones con los sentimientos que salen del alma, de lo más profundo de nuestras entrañas.
¿Y puede alguien conocer el cuerpo humano de semejante modo? ¿Puede tallarse en un bloque de mármol con tanta precisión y belleza? ¿Puede identificarse el momento exacto para formar la arruga, la hendidura en la piel, la sensualidad que provoca ese toque mágico, el genio hecho hombre o el hombre hecho genio?
Pasaría la eternidad admirando estas esculturas. No me cansaría de dar vueltas alrededor de ellas. Nunca me cansaría.
Si Dios no existe, entonces debe de haber otra explicación no menos alejada de este concepto creado, manipulado, tergiversado si quieren...