25 de febrero de 2007

Humano, demasiado humano...

1889. En un arrebato, Nietzsche se arrojó al cuello de un caballo maltratado por su amo. Tal vez, en aquel momento, estaba tomando esa decisión que todo filósofo se plantea alguna vez en su vida: hacerse el loco...

5 comentarios:

Campu dijo...

Viernes por la tarde. Llueve. Un día perfecto para acudir al teatro, sentarse, y esperar a que se apaguen todas las luces del patio de butacas y se iluminen las del escenario.

La obra: Demasiado humano (Los últimos días de Nietzsche). Mi aplauso a la actriz Elisenda Ribas, quien interpreta de una manera genial a la criada Alvina, que cuida al filósofo hasta el final.

Lo que más me gustó: el momento en el que ella, con cierta indignación, se dirige a Dios para hacer una crítica a esa indiferencia suya hacia el dolor humano.

Lo que menos: quizá el final, que debería haber sido "rematado".

De todas formas, es una obra en la que los diálogos y monólogos se suceden con inteligencia y rapidez...Un repaso a la filosofía de este hombre, crítico con el mundo que le rodeaba hasta la saciedad. Y sin ánimo de apoyar todos sus pensamientos, en muchas de sus teorías la verdad sale a la luz...

2/25/2007 11:17 PM

Anónimo dijo...

TODO EL MUNDO LLEVA UN FILOSOFO DENTRO Y QUIZAS POR ESO TODOS DE VEZ EN CUANDO NOS HACEMOS LOS LOCOS O QUEREMOS HACER CREER QUE AQUELLO QUE ES REDONDO PODRIA SER CUADRADO, QUE UNO Y UNO NO SIEMPRE SON DOS Y QUE TODO DEPENDE DEL PUNTO DE VISTA DE QUIEN LO MIRA...

YA VE CAPURRIANA QUE INCLUSO USTED PODRIA LLEGAR A SER UN NIETZSCHE Y TOMAR ESE TIPO DE DECISIONES TIPICAS DE LOS FILOSOFOS... NO SIEMPRE ES UNA LOCURA ARROJARSE AL CUELLO DE UN CABALLO MALTRATADO POR SU AMO, O POR LO MENOS ESA ES MI PERCEPCION DE LA VIDA... Y LA SUYA?

Raíña Loba dijo...

Ah la locura.
Y yo que me hago la cuerda...
al menos de lunes a viernes y hasta las 7 de la tarde.

En mí llevo una filósofa, llevo una loca... mil identidades.
No hace falta ser filósofo para hacerse el loco.

Anónimo dijo...

Campu, se te echa de menos por Portugal, nadie se anima a ir al teatro!!!!

Locura...qué define la locura y la cordura...

Campu dijo...

Quizá no hay diferencia, María...o quizá sí...

¿Quién conoce la verdad absoluta sobre lo que nos rodea y lo que no?...A veces, como dice Raiña, nos hacemos los cuerdos, y a veces los locos...¿y si le damos la vuelta a la tortilla?...¿tendría el mismo sentido?...

Me encanta el teatro, el buen teatro. El malo lo sufro, por ellos, por los que están sobre el escenario...