1 de mayo de 2007

Nueva Orleans y La conjura de los necios...

"Siempre he sentido, en cierto modo, una especie de afinidad con la gente de color, porque su situación es igual a la mía: nos hallamos fuera del círculo de la sociedad americana. Mi exilio es voluntario, por supuesto. Es evidente, sin embargo, que muchos negros desean convertirse en miembros activos de la clase media norteamericana. La verdad es que no puedo entender por qué. He de admitir que este deseo suyo me lleva a poner en entredicho sus juicios de valor. Pero si quieren integrarse en la burguesía, no es asunto mío, en realidad. Pueden ratificar si quieren su propia condenación. Yo, personalmente, protestaría con todas mis fuerzas si sospechase que alguien intentaba auparme a la clase media. Lucharía contra el individuo descarriado que intentase auparme, desde luego....

Quizá debería haber sido negro. Sospecho que habría sido un negro muy grande y muy aterrador, un negro que apretase continuamente su muslo monumental contra los muslos marchitos de las viejecitas blancas en los transportes públicos y provocase más de un grito de pánico. Además, si fuera negro, mi madre no me presionaría para que encontrara un trabajo bueno, pues no habría ningún trabajo bueno a mis disposición. Y además mi madre, una vieja negra agotada, estaría demasiado abatida por años de duro trabajo como doméstica para salir a jugar a los bolos por la noche. Ella y yo viviríamos muy agradablemente en alguna choza mohosa de los suburbios, en un estado de paz sin ambiciones, comprendiendo satisfechos que no se nos quería, y que luchar y esforzarse no tenía sentido..."

Fragmentos de "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole.
Premio Pulitzer 1981.

6 comentarios:

Campu dijo...

Una obra que vio la luz gracias a la tenacidad de una madre...

Un autor que se suicidó a causa de una depresión, que surgió por sus infructuosos intentos para que la publicasen...

Una crítica mordaz a la sociedad americana...

Un protagonista, Ignatius Reilly, que vive bajo su egocentrismo y sus caprichos. El inconformismo, casi en su totalidad pasivo, de un hombre que se encierra en su cuarto, mientras analiza el mundo que tiene a su alrededor, y martiriza a una madre que convive con él y con sus rarezas.

Anónimo dijo...

No lo he leído, tengo ganas.

Ya me lo dejarás...

Mendiño dijo...

Joas joas joas joas

Buenísimo. Si es la mitad de cabrón en el resto del libro, corro a descargármelo.

Galletita, eres un filón. Me tienes abrumado con tu fecundidad posteadora.

Vaya fichaje que has hecho, María. Sólo había que hacerle el rodaje y se ha convertido en una fiera de las bitácoras.

;)

Campu dijo...

Mendiguiño, merece la pena leer esta historia...te la recomiendo...

Me recuerdas un poquito, sólo un poquito, a Ignatius...

Así ya tienes un aliciente más para leerla...

Y ahora, a buscar semejanzas y diferencias...

;)

Mendiño dijo...

Este finde inicio la lectura...

Raíña Loba dijo...

Y yo cuando termine con el de Anne Brönte.
Mira que me gustan las 3 hermanas, lástima que muriesen tan jóvenes, Emily sólo tuvo de publicar Cumbres Borrascosas.

Una novela y un nombre para la inmortalidad.