13 de junio de 2007

Amores contingentes

"No recuerdo con mucha exactitud el momento en que la vi por vez primera, pero sí conservo en la memoria una impresión global: era baja, menuda, un poco desmañada, y no tenía muy buen tipo. De paso rápido y gestos, a veces, bruscos, todo en ella respiraba energía, pero no sosiego..."
"Lo que más hondamente me impresionó fue la belleza de su rostro, de proporciones y modelado perfectos, de perfil puro, en el que destacaban los pómulos. La inteligencia de la mirada, de un azul luminoso, nos llamó la atención desde el primer momento..."
"Luego Simone me contó lo que había luchado por vencer los prejuicios de su ambiente y conseguir cursar estudios superiores, y, por fin, cómo conoció a un grupo de alumnos de la Escuela Normal Superior: Herbaud, Sartre y Nizan. Para concluir la narración, como en un final hábilmente preparado, me dijo el más feo, el más sucio, pero también el más encantador, e inteligentísimo, era Sartre. De inmediato supe que se trataba del amor de su vida..."
"Su única promesa era contárselo todo uno al otro, no mentirse nunca. En resumen, una libertad total dentro de una transparencia perfecta. ¡Ambicioso programa!. Querían, ante todo, vivir una existencia rica en viajes, en encuentros, en estudios... "
"Lo único que sabía de Sartre era lo que ella me contaba, lo veía a través de ella. Pero era perfectamente consciente de que no sabía nada de lo esencial, es decir, de la influencia que ejercían uno en otro. Después, cuando hube conocido a Sartre, descubrí que, a pesar de que tenían caracteres muy distintos, se había asentado en ellos una unidad de miras que cimentaba su mutuo afecto. La fusión entre su concepto de la vida cotidiana y sus ideas filosóficas impedía analizar pormenorizadamente en qué se diferenciaban. Me daba la impresión de hallarme en presencia de un bloque de piedra con dos caras, una especie de Jano."
Bianca Lamblin. Memorias de una joven informal.

Un testimonio que sirve a la autora como desahogo del dolor experimentado, al haber vivido una extraña relación con la pareja Sartre-Beauvoir en su juventud, una atracción quizá morbosa, la manipulación a merced de otras formas de vivir, el aprendizaje caro, la admiración, el desencanto y la depresión...
El resto, la creencia o no de esta historia o parte de la misma, es decisión de cada uno...

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