9 de julio de 2007

Recomendaciones de viaje



La peligrosidad de los virus, bacterias y demás fastidiosos microorganismos palidece en comparación con los riesgos que esperan al viajero si opta por visitar los rincones menos afortunados del planeta. Guerras enquistadas, atentados terroristas o delincuencia casi masiva son algunas de esas amenazas. Cada año, la revista 'Forbes' elabora la lista, siempre incompleta, de los destinos más peligrosos, y en 2007 se apunta a Somalia, Irak, Afganistán, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Paquistán, Burundi, Sri Lanka, Haití, Chad, Líbano, Liberia y Sudán.

Frente a esta enumeración, y para evitar lo arbitrario de una lista cerrada, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación opta por una postura más prudente. En primer lugar, fuentes ministeriales apelan al sentido común del viajero, ese impulso que invita a rehuir las zonas en conflicto. En segundo lugar, y para activar tales mecanismos de supervivencia, en su página web (www.maec.es) analiza la situación de cada uno de los Estados del planeta. En los casos más extremos, como Irak o Afganistán, desaconseja el viaje.

De todos modos, la peligrosidad de un país viene dada generalmente con una conjunción de factores propios de naciones empobrecidas y castigadas durante años. Ocurre en la República Democrática del Congo. Aunque la guerra terminó oficialmente en 2003 se mantienen las luchas en ciertas zonas, y esa violencia se mezcla y confunde con la delincuencia común. Por si todo eso fuera poco, el Ministerio incluso alerta sobre el peligro de volar en el país por la dudosa capacitación de los pilotos y el mal estado de los aparatos.

Como las desgracias nunca vienen solas, en ciertos casos a la inestabilidad social se une la falta de piedad de la naturaleza. Así, en Papua-Nueva Guinea no sólo proliferan las armas y machetes en manos de particulares, sino que el país está expuesto a erupciones volcánicas.

Somalia, Sierra Leona y Liberia son otros estados a los que el ministerio recomienda no viajar. En otros países, como Yemen, se aconseja hacerlo sólo con el amparo de una agencia de viajes organizados. Y en ciertos casos, como Irán, el viajero debe estar atento a las noticias por si la tensa situación política desemboca en un conflicto. Quien, a pesar de todo, decida conocer Persia, debe ir cargado de dinero en metálico: allí no se admiten tarjetas de crédito ni cheques de viaje.

Así, antes de emprender viaje a un país exótico conviene informarse en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación por si la exuberancia y atractivo del destino encerrasen serios peligros. También para conocer ciertas normas cuya ignorancia puede acarrear problemas. Como, por ejemplo, en los Emiratos Árabes Unidos, donde la embriaguez es un delito de cárcel, o en Arabia Saudí, donde la homosexualidad está castigada con pena de muerte.

Fuente del texto: El Correo Digital.

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