10 de diciembre de 2007

Nuestro tesoro

Recuerdo cuando la vi por primera vez. Llegué a León de noche y se iluminaba su catedral con una humildad serena. Ni siquiera todos esos sufrimientos han sido capaces de mermar su enorme belleza. Y sigue brillando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta esta foto: sobrecoge la visión de esa bóveda, que parece a punto de aplastarnos con su belleza.
Saludos

Anónimo dijo...

Es una de las catedrales que he visto que más me ha impresionado. Sin dejar atrás la nuestra, la de Santiago de Compostela, con su emplazamiento de lujo...
Sin embargo, recuerdo ese momento especial cuando vi la de León por primera vez...siempre lo recordaré.