27 de junio de 2008

Jugar al Che

Levantar monumentos gigantes para adorar a alguien, en el siglo XXI, cuando al fin sabemos que todo es relativo, obedece al papanatismo. Me da igual que sea el Che Guevara que el papa Benedicto, George Bush o Villa, el Guaje, no Pancho. Que encima lo haga un ayuntamiento y se gaste 180.000 euros, cuando hay otras necesidades, es una atrocidad y una provocación. El alcalde de Oleiros lo que quiere es jugar al che, que consiste en clavar un objeto punzante contra el suelo. O sea, pretende aguijonear con la megalómana cabeza a sus detractores con una decisión que se tomó, además, de forma unilateral por un gobierno en minoría. Él se defenderá diciendo que lo que molesta es el personaje. No. Molesta, y mucho, la obra y el dinero empleado en ella. El tiempo ha demostrado que, de esas grandes figuras, solo termina por quedar el pedestal, y esta encima no tiene ni pedestal. Si tanto le gusta la obra armada del Che, podía haber pagado de su bolsillo y levantar la cabeza en su jardín. Nos estamos acostumbrando a que todo vale con el dinero público. Tener delegada la confianza de los ciudadanos por urna no supone abusar de ella. A Fidel Castro está claro que la historia no lo va a absolver. El Che lleva el mismo camino. Argentina, que se apropia todo (Gardel, el mate), no reclama con ardor al Che. Y al alcalde de Oleiros, con decisiones así, la historia tampoco lo absolverá. Gobernar no es provocar y gustarse a uno mismo.

César Casal (La voz de Galicia, día 27/06/08)

1 comentario:

Campu dijo...

No te lo vas a creer, Arale, pero iba a poner esta misma entrada en el blog...lo pensé cuando leía este artículo que sigue descubriendo el mundo en el que vivimos...
Creo que ya no hay nada más que añadir. Ya está dicho todo.

Besos.