13 de junio de 2008

Neo Europa


Como la madre del protagonista de Goodbye Lenin, seguí la retransmisión del último Eurovisión cual si hubiera salido de un coma que se inició antes de que cayera el Muro y de que se desmoronara la URSS. Lo que presencié poco antes de quedarme eurovisivamente dormida -decidida a no asistir nunca más a semejante horterada- se convirtió, con el paso de los años, en un clásico. Era 1989, y el mes, mayo: el Telón de Acero parecía firme. Recuerdo como en sueños que los votos se decidían por jurados nacionales, y que en el nuestro figuraban el entonces sólo almodovariano actor Antonio Banderas y la marianóloga de profesión Pitita Ridruejo. Ganó Celine Dion, pretitánicamente.

Sigan leyendo porque esto no va de Eurovisión sino de Europa, de ese continente-cangrejo que ahora arroja por la borda lo mejor de sus logros laborales, sociales y, en definitiva, humanos. Eslovenia nació, eurovisivamente hablando, en 1993, coincidiendo casi con la entrada en vigor del Espacio Económico Europeo, que establecía la libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas. Quince años después, Eslovenia ha aportado al lamentable solar eurovisivo la mercancía premonitoriamente titulada Al diablo con eso. No ganó, pero meses después se ha apuntado el tanto de que esta Neo Europa de los Berluscos y Sarkosios apruebe su propuesta de ampliar la jornada laboral de 48 a 60 horas, o a 65 si se tercia. Consideren que esta laminación de derechos históricos duramente adquiridos por los trabajadores no es sino un amable anticipo del allanamiento para la libre circulación y engorde de capitales que se disponen a perpetrar.

Cuando desperté, el Eurosaurio no sólo estaba allí sino que los países representados se habían puesto a su bajura. Qué nerviosa me pone, entre tanto grupo salvaje, nuestra burbujeante España chiquilicuatre.


Maruja Torres, El país (12/06/08)

2 comentarios:

Campu dijo...

Y mientras los gordos se frotan las manos...los más flacuchos se las frotan por otros motivos...

Triste mundo el que estamos creando. Triste incoherencia la de los humanoides.
Supongo que aun hay personas que creen que van a vivir siempre, que creen que existirá un mañana en el que harán esas cosas que ahora no tienen tiempo para hacer...

Propongo que los días sean de 48 horas...para ir empezando...

Me alegro de verte por aquí, Arale...ya le estaban saliendo telarañas a nuestro saloncito...
Un beso.

Anónimo dijo...

no, mejor que la semana laboral sea de 12h (4h para los funcionarios, de las cuales tres para tomar café y una para ir de compras), que mientras los chinos y otros desgraciaos que vienen aquí a trabajar de canguro, camarera o a acompañar a nuestros ancianos al parque mantengan el nivel de vida que nos permite disfrutar del resto de la semana para jugar a la play todo estará bien
Ah, yo soy un fascista más, pero a mí no me busquen impidiendo que los camioneros ejerzan el derecho de huelga
Digo yo: el que no quiera trabajar que no trabaje, pero no le pongan puertas al campo, que ya sabemos a quién están beneficiando todos los "avances sociales"