Fotografía de Rinko Kawauchi
Y la naturaleza sigue enviando señales y los años se van y otros nuevos vienen. Y seguimos cambiando, y seguimos descubriendo, y seguimos aprendiendo. Y yo me pregunto, ¿y seguimos avanzando?...
De repente salgo a la calle y la gente empuja, no pide disculpas, corre hacia ninguna parte, piensa en sí misma y en nadie más. Se olvida de dónde viene y no sabe siquiera adónde va. Se reune, celebra, critica, aplaude, sonríe, llora por dentro, no saluda, grita, come, odia, fuma, actúa, se sonroja, habla, miente, ama, promete y no cumple, se deprime, se entusiasma...
Pues sí. A veces a Campurriana se le da por pensar este tipo de cosas sobre la sociedad en la que vive. Otras veces, todo lo contrario.
De repente salgo a la calle y la gente empuja, no pide disculpas, corre hacia ninguna parte, piensa en sí misma y en nadie más. Se olvida de dónde viene y no sabe siquiera adónde va. Se reune, celebra, critica, aplaude, sonríe, llora por dentro, no saluda, grita, come, odia, fuma, actúa, se sonroja, habla, miente, ama, promete y no cumple, se deprime, se entusiasma...
Pues sí. A veces a Campurriana se le da por pensar este tipo de cosas sobre la sociedad en la que vive. Otras veces, todo lo contrario.
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Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.