5 de abril de 2009

The reader, El lector...

Mi compañera Arale escribía una escueta frase en relación con esta película a la que tanto bombo se ha dado estas últimas semanas. Para mí ha supuesto una decepción total dulcificada por el buen modo de actuar de sus protagonistas, a los que no les quito mérito porque quizá no sean los culpables de la efímera historia que alimentan.

Un guión pobre, e incluso facilón, en escenas que deberían estar cargadas de emotividad y de sentimientos crispados y a veces contradictorios. Un guión que podría haber sido el punto fuerte de una historia profunda y que se pierde por el camino de la fábrica de sueños; de esa industria de un cine que se elabora al son del baile de la fría manivela.

Me olvidé de ella nada más salir del cine, como de la conversación que nace y muere entre los asientos de un bus urbano.

2 comentarios:

arale dijo...

Jeje, coincidimos...

Campurriana dijo...

Una señal, Arale. Una señal...
;)