Mientras la noche se va consumiendo y aparecen los primeros rayos de luz tras la ventana, sigo pensando en la vertiginosa velocidad de nuestros días que nacen y mueren sin remedio. He vuelto a disfrutar de momentos de verano que ocurrieron casi del mismo modo hace un año, dos, tres. Quizá vuelvan a repetirse pero todos sabemos que nunca lo harán de la misma manera. Cada instante que transcurre, soy más consciente de ese sentido del tiempo que huye para no volver nunca...
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Siento que tenga que ser así.
Gracias.