Uno de mis recuerdos más lejanos se remonta a la noche en que vi correr al Unicornio que vivía enmarcado en la reproducción de un famoso tapiz. Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ángulo del marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blanquísimo y enigmático.
Nunca supe por qué razón el Unicornio había intentado escapar del cuadro y durante mucho tiempo me intrigó, y aun me atemorizó un poco. Por aquellos días yo no debía de tener más de cinco años-quizá sólo cuatro-, pero ese recuerdo tiene un lugar relevante entre los primeros de mi vida.
ANA MARÍA MATUTE
Fragmento de PARAÍSO INHABITADO
Fuente de la imagen
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Buena lectura, Ana María Matute.
ResponderEliminarCuantos sueños y fantasías hemos dejado en el camino, desde nuestra infancia ...
ResponderEliminarUn abrazo