8 de noviembre de 2011

A ver quien la tiene más grande...

No os preocupéis porque no voy a escribir sobre el debate de esta noche. Podéis, para leer sobre el tema, abrir los periódicos hoy y elegir al gusto en la amplia carta informativa que nos regala éste, nuestropaís. Si es que no nos podemos quejar y nos quejamos; en España uno no escucha lo que quiere porque no quiere. Anda que no tenemos opciones para disfrutar de nuestros argumentos preferidos y no salir de ahí. Me pregunto que para qué si nos encantan...

Pero bueno, lo que quería escribir hoy aquí es un párrafo de un libro que estoy acabando de leer por recomendación de un amigo. Se titula Las trampas del deseo y su autor es Dan Ariely. Tiene cosas curiosas aunque casi todo lo que se indica en él ya lo sabemos. Pero no está de más que de vez en cuando nos recuerden de alguna manera que no somos tan listos como creemos.

Dejo aquí un fragmento:

Hace unas décadas, el naturalista Konrad Lorenz descubrió que los ansarinos, al salir del huevo, se apegan al primer objeto en movimiento con el que se encuentran (que en general suele ser su madre). Lorenz lo supo porque, en uno de sus experimentos, él fue lo primero que vieron las crías, y desde ese momento lo siguieron fielmente a todas partes. De ese modo, Lorenz demostró que los ansarinos no sólo toman decisiones iniciales basándose en lo que encuentran disponible en su entorno, sino que se atienen a su decisión una vez tomada. Lorenz denominó a este fenómeno natural IMPRONTA.

¿Está, pues, el cerebro humano estructurado como el de los gansos? ¿Nuestras primeras impresiones y decisiones producen también una IMPRONTA? Y de ser así, ¿qué papel desempeña dicha impronta en nuestras vidas?.

4 comentarios:

Juan Nadie dijo...

No he leído ese libro. Parece interesante, así que habrá que leerlo, si hay tiempo.

Juan Carlos dijo...

NO se yo si los seres humanos funcionaremos con impronta o si esa impronta la alcanzamos con el uso. A ver si pillo el libro
Salu2

Isabel Barceló Chico dijo...

Muy interesante eso de la impronta. Si me atengo a mi propia experiencia pedánea diría que sí, que sacamos primeras impresiones y nos cuesta muchíiiiiisimo cambiarlas, aunque reconozcamos que nos habíamos equivocado. Hasta a los errores les tomamos querencia... Un abrazo.

Campurriana dijo...

Isabel, estoy de acuerdo con lo que comentas. Nos marcan tanto todas las experiencias vividas. Yo soy yo y mis circunstancias. Nunca mejor dicho.

Juan Nadie y Juan Carlos, el libro tiene puntos interesantes. Casi todos ya los conocemos pero, lo que comentaba, no viene mal recordarlos...