4 de diciembre de 2011

Hablemos de felicidad...


El mundo de Sofía (fragmento)

" Quizás esto último te resulte un poco difícil de digerir, Sofía. Empiezo de
nuevo: Sócrates pensaba que era imposible ser feliz si uno actúa en contra de
sus convicciones. Y el que sepa cómo se llega a ser un hombre feliz, intentará
serlo.
Por ello, quien sabe lo que está bien, también hará el bien, pues ninguna
persona querrá ser infeliz, ¿no?
¿Tú qué crees, Sofía? ¿Podrás vivir feliz si constantemente haces cosas
que en el fondo sabes que no están bien? Hay muchos que constantemente
mienten, y roban, y hablan mal de los demás. ¡De acuerdo! Seguramente
saben que eso no está bien, o que no es justo, si prefieres. ¿Pero crees que
eso les hace felices?
Sócrates no pensaba así.
Cuando Sofía hubo leído la carta sobre Sócrates, la metió en la caja y salió al jardín.
Quería meterse en casa antes de que su madre volviera de la compra, para evitar un
montón de preguntas sobre dónde había estado. Además, había prometido fregar los
platos.
Estaba llenando de agua la pila cuando entro su madre con dos bolsas de compra.
Quizás por eso dijo:
— Pareces estar un poco en la luna últimamente, Sofía.
Sofía no sabía por que lo decía, simplemente se le escapó:
—Sócrates también lo estaba.
—¿Sócrates?
La madre abrió los ojos de par en par.
—Es una pena que tuviera que pagar con su vida por ello —prosiguió Sofía muy
pensativa.
—¡Pero Sofía! ¡Ya no sé qué decir!
—Tampoco lo sabía Sócrates. Lo Único que sabia era que no sabía nada en
absoluto. Y, sin embargo, era la persona más sabia de Atenas.
La madre estaba atónita. Al final dijo:
—¿Es algo que has aprendido en el instituto?
Sofía negó enérgicamente con la cabeza.
—Allí no aprendemos nada...
La gran diferencia entre un maestro de escuela y un auténtico filosofo es que el
maestro cree que sabe un montón e intenta obligar a los alumnos a aprender. Un
filósofo intenta averiguar las cosas junto con los alumnos.
"




Piensa en las cosas buenas que te han sucedido hoy. En la rutina diaria se esconden miles de detalles que provocan esa felicidad, ese estado de ánimo tan demandado por una sociedad que se pierde, que está ya bastante perdida a pesar de tantas "formaciones"... Estoy segura de que nos sorprenderíamos si nos parásemos a pensar un momento. Segurísima. Quizá no tenemos tiempo, no lo buscamos, lo perdemos también...

Los envidiosos, los que sólo piensan en el dinero y no saben por ello disfrutar de una cena entre amigos, los que sufren con la felicidad ajena, los egoístas, los que nunca están contentos con lo que tienen y siempre quieren más...tienen ya su propio castigo con sus propios sentimientos.  

Dice un proverbio chino lo siguiente:

El bien que hicimos la víspera es el que nos trae la felicidad por la mañana.

Feliz fin de domingo, navegantes.

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Vale.
Pienso en las cosas buenas de hoy.

Un momento eh...

A ver...

Una cosa buena y siendo generoso porque no llega a buena tampoco.

Claro que aún quedan tres horas y media para acabar el día.

Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

...pero que la felicidad no nos ciegue...

Anónimo dijo...

El mundo de Sofía!!!! ya tenía olvidado lo bueno que era.
Suscribo el proverbio chino, muy cierto, será porque por la noche nos deslizamos a otro mundo más espiritual, no lo sé, pero es cierto.
Saludos.

Campurriana dijo...

Toro, espero que cundiesen esas tres horas y media...
;)

Pedro, se habla de la felicidad como ese estado personal-moderado de paz con uno mismo, de satisfacción por lo hecho, de ilusión por lo que está por hacer, de tranquilidad de espíritu...esa felicidad que existe tras las pequeñas grandes cosas de la vida, que es realmente la que proporciona mayores satisfacciones...

Tony, ese mundo de Sofía...¡cómo pasa el tiempo!...
Ay la noche...es como nuestra voz de la conciencia...
:)