19 de febrero de 2012

Leonora Carrington: un poema que camina

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Sobre Leonora Carrington escribió Octavio Paz: «No era una poeta, sino un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sonrisa que se convierte en un pájaro, después en pescado y desaparece».


Hace tiempo me hablaron de ella tomando una cervecita por la mañana en un lugar de Ferrol. Esta mañana he regresado con la misma compañía a ese mismo lugar e, incluso, a esa misma mesa y hemos vuelto a hablar de esta mujer que falleció a los 94 años el pasado mes de mayo de 2011.

Me gusta leer biografías de mujeres. De su arte puedo decir más bien poco porque apenas lo conozco. Me llamó la atención, eso sí, un cuadro que presento a continuación. A ver qué os parece...

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Si queréis conocer un poco más de su historia, pinchad aquí y profundizad hasta donde os apetezca.


MÁS COSAS SOBRE LEONORA ENCONTRADAS EN ESTE ENLACE:

Desde pequeña enfrentó la existencia de dos mundos contrastantes y contradictorios. Por un lado, la disciplina autoritaria de una sociedad patriarcal y cruel, llena de reglas y convenciones absurdas y, por el otro, un mundo de libertad e imaginación nutrida por sus propias lecturas y por los cuentos celtas y las historias que contaban su madre, su abuela y su nana también irlandesa.

Buena parte de su obra proviene de esa rebeldía, en ocasiones subversiva, contra la autoridad patriarcal, así como de la fascinación por los parajes míticos y paradisiacos de su infancia, poblados por dioses, hadas, monstruos híbridos y bestias fabulosas.

“Se dice mucho que es surrealista, porque estuvo con este grupo, pero ella en realidad lo que pinta es el mundo de su infancia, de su abuela irlandesa Moorhead, de los sidhe, que para nosotros son los chaneques, los que andan en Chapultepec, nuestros nahuales, esos personajitos que nos ayudan o a veces nos desayudan porque hacen muchas travesuras.”

La última vez que Poniatowska vio a Carrington fue hace un mes, porque anduve de viaje, y la vio bien. “Era muy delgadita y eso, tómenlo en cuenta, no comer te prolonga la vida. Comía muy poco, puro té y té. Tomen té negro.

Rodeada de árboles ya descansa Leonora, bajo la tierra como ella lo había pedido, ahora en una existencia más allá de la realidad física, sumida quizá en algún sueño propio o ajeno, sin duda muy parecido a las misteriosas y entrañables imágenes de sus lienzos.
Ahí quedó su cuerpo, pero su imaginación cegadora, su luz deslumbrante, queda en los ojos, la memoria y la admiración de quienes han conocido y conocerán su obra.

No me gusta la violencia, afirmó alguna vez. No soy política, pero es un hecho que uno no puede estar de acuerdo con las guerras. El arte es la única manera que yo conozco de expresarlo

También la magia era una palabra que se relacionaba con su vida y obra. Ahora estamos vivos, mañana quizá estemos muertos. No sé a qué magia se refiere usted. Todo es asombroso. ¿La vida? La muerte también. Kati Horna, una muy buena amiga mía, murió recientemente. Kati, que era tan llena de vida, de repente está en una caja

Cuando tenía 77 años, en entrevista, dijo: Para mí la felicidad hoy en día es no tener miedo a la muerte. Ésa es la verdadera felicidad: hacer la paz con la muerte.


Sigo con mis paseos de arte. No sé qué ha pasado en el mundo este fin de semana. No quiero saberlo.
Permitidme ser avestruz por esta noche. Sólo por esta noche porque mañana ya es lunes...

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6 comentarios:

Douce dijo...

¿Quién prohibió ser 'avestruz' si a uno le apetece? A veces se encuentran tesoros enterrados en la arena.

Me interesaré por la Carrington anglo-mexicana. Seguro aprenderé más que leyendo las 'noticias'.

Feliz semana

Campurriana dijo...

Náufrago, el cuadro que pongo en esta entrada se titula "La cocina aromática de la abuela Moorhead". He encontrado en este enlace el siguiente fragmento que se relaciona con la obra en cuestión:

“Se dice mucho que es surrealista, porque estuvo con este grupo, pero ella en realidad lo que pinta es el mundo de su infancia, de su abuela irlandesa Moorhead..."

Si pinchas en el enlace que te comento en la flechita "siguiente" o "anterior" de la parte de abajo de la página, puedes seguir leyendo...
Existe mucha información sobre ella en internet.

Te animo a leerla.
:)

Anónimo dijo...

"Para mí la felicidad hoy en día es no tener miedo a la muerte. Ésa es la verdadera felicidad: hacer la paz con la muerte".

Cómo me gustaría tener esa felicidad.

Gracias, Campu.

Me asusta la pintura que has elegido.

Que tengas una buena semana. Un abrazo.

Juan Nadie dijo...

Ser avestruz de vez en cuando tampoco está mal par recargar las pilas.
Leonora Carrington una gran pintora, y una vida curiosa.
Estuvo casada con el poeta Renato Leduc en matrimonio de conveniencia, para ayudarle a ella a huir de la persecución nazi por haber sido compañera sentimental de Max Ernst.

sebasnavarrete.blogspot.com dijo...

Mujeres admirables en tiempos donde los derechos de la mujer estaban bajo mínimos.

Campurriana dijo...

Náufrago, algo siempre se aprende de personajes como ella...sobre todo por la época que vivieron y la pasión que pusieron en vivir...

Anderea, a mí también me asusta...me sobrecoge...¿se dice así?...

Juan, sí...había leído algo de ello...
Me encanta "avestruzarme" de vez en cuando.
:)

Sebas, es importante que lo pensemos...