Debo reconocer que me gustan pocos hombres. Poquísimos. Me estoy refiriendo ahora a esa atracción sexual que surge del interior de nuestros cuerpos, de la mismísima médula.
Leonardo siempre me ha removido algo pero, con el tiempo, este buen vino se ha convertido en un torrente de sabores, aromas, pulsos, suavidades y rugosidades varias. Como esa botella que reinaba intocable en el restaurante de aquel hotel de lujo en el que soñaban las celebridades de antaño.
Ahí está él. Creciendo como crecen los grandes. Saliendo del rincón en el que la muchedumbre se agolpa y se golpea por no existir sitio para tantas mediocridades.
Delicioso Leonardo.
5 comentarios:
A mi también me gustan pocos hombres, poquísimos, jjjj
Estoy de acuerdo, ha crecido como actor, además el joío es muy atractivo y es capaz de meterse en la piel de cualquier personaje, mejor si son buenos guiones.
Un abrazo Campu
Debo reconocer que el joven aniñado a sabido madurar, tanto como para ser el Gran Gatsby.
a mi tb me gustan poquisimos hombres y que yo recuerde no he visto ninguna peli suya, no ni siquiera Titanic, debo ser el unico español en no verla.
besos
Logio, y cada vez más complicado que me guste alguno. Exigencias de la edad, supongo.
;)
Ángel, el atractivo de Leonardo no sólo está en sus ojos...me gusta muchísimo el trabajo que hace, cómo lo hace...si en todo es así el chico...pues eso.
:)
Sergio, no he visto la película que creo estrenan hoy. Supongo que habrá hecho grande al Gran Gatsby. Más grande todavía.
Ripley, no tienes perdón. Una que me gustó mucho de él, aunque dura, es ésta:
REVOLUTIONARY ROAD
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