16 de noviembre de 2015

La debilidad de Europa




Frente a los que no les importa morir, no hay nada que hacer. Apenas nada. Frente a los enojados con el primer mundo, estamos casi perdidos y lo sabemos. No hay seguridad que valga, no hay ejércitos que valgan. Vivimos en un lugar abierto a pesar de las fronteras y condiciones que podamos y queramos poner y, a su vez, un lugar compuesto por innumerables guetos, que presume de ser "cosmopolita" cuando "la cosa" no está caliente. 

Es mentira. No hay rincón en el mundo cosmopolita aunque quede muy "cool" decirlo de algunas ciudades modernas y tolerantes que no son más que "miniciudades" dentro de la gran ciudad. Es mentira porque el pasado de los pueblos pesa como una losa enorme y, precisamente, esa memoria debiera conocerse siempre por parte de todos para llegar a comprender algo de todo esto. El problema, otro de los problemas, la creación de sociedades desmemoriadas y tocadas por la varita mágica de la podredumbre intelectual interesada.

A su vez, la hipocresía europea, que no podemos negar, provoca una tristeza extraña en los mismísimos europeos y en estos momentos de calma tras la tempestad y antes de ella. La tristeza culpable por intuirse no mejores, al menos, de alguna manera.

Es cierto. Nacemos ya en un bando. Sentimos más el dolor de los semejantes y eso es natural. A pesar de esa sorda culpabilidad que también somos capaces de procesar mientras lloramos nuestros muertos con cierta resignación.

No es que no nos importe el otro, pero asumimos que no haremos nada por cambiar una situación y, sin cambiar nada, el problema seguirá existiendo. De momento, miraremos hacia otro lado y seguiremos viviendo entre terrazas de café y música hasta el siguiente bombazo. Luego lloraremos, pondremos velas y, finalmente, olvidaremos de nuevo. Así hasta el infinito mientras nos dejen intermedios de falsa seguridad infantil.
 
No queremos renunciar a nuestros privilegios. Si ellos viven mejor, irremediablemente, nosotros viviremos peor. ¿Estamos dispuestos a hacer algo para modificar esta situación? ¿o sólo estamos dispuestos a salir con pancartas de mensajes bonitos a la calle? Asumamos el riesgo entonces. Porque todo esto conlleva un riesgo y lo sabemos o debiéramos saberlo.

"Educación", dicen algunos en mensajes de utopía blanca como la blanca paloma de la paz. Quizá, en el largo plazo, podamos construir sociedades mejores, basadas verdaderamente en valores más justos. Un poquito mejores, al menos. Me embarga de nuevo la desesperanza cuando pienso en el inmenso poder del poderoso (caballero). No puedo remediarlo y lo siento tanto... Veo la solución tan lejos que no la veo... ¿La veis vosotros?

Pensando en el ahora... frente al horror de los que no temen a la muerte, siempre seremos los débiles. Nosotros tenemos, desde luego, algo que perder aquí. Ellos, algo que ganar en esos paraísos plenos de vírgenes receptivas y placeres infinitos.

Es, en definitiva, nuestra hipocresía la que debilita la unión entre nosotros mismos. Esa unión que nos haría más fuertes frente al terror en una situación límite. Y estamos al borde de la situación límite. 

No quiero transmitir con estas letras que debiéramos sentirnos culpables y punto. Tampoco pienso eso aunque pueda parecerlo. Sólo quería dejar la pincelada. Una pincelada justa frente a tanta injusticia. Curiosamente, sólo mueren inocentes de un bando u otro. Casi siempre.
Y no hay NADA que justifique la muerte de inocentes.

TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS, DEBIÉRAMOS POSICIONARNOS EN CONTRA DEL TERROR, en contra de la manipulación que utiliza la sangre en beneficio propio.

Es tan difícil...

Mi más sentido pésame a los familiares y amigos de TODAS las víctimas.
Y sí. Lloro París porque me toca más cerca. Porque sus muertos se parecen más a los míos. 

6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Contra el terror. Y las soluciones, me temo, son a medio o largo plazo. Pero hay que comenzar a caminar hoy hacia ellas.
Besos.

Campurriana dijo...

Pedro, supongo que es la educación la única salida. Educación en libertad, en respeto, en justicia.

Anónimo dijo...

Tu entrada no tiene desperdicio desde un punto de vista sociológico, digno de estudio sobre la influencia de las redes sociales en nuestro entorno y las psicopatías que esconden. Con un final tremendo.

"Lloro París porque me toca más cerca. Porque sus muertos se parecen más a los míos"

Esta frialdad al aseverar semejante absurdo sin duda explica muchas cosas que he leído en su blog.

Acepte mi crítica como un modo activo de luchar contra el horror que me rodea.

En estos mundos de las redes sociales abundan los lobos con piel de cordero como usted, hablando de sentimientos de dolor ante el horror pero que simultáneamente utilizan éste para criticar y despellejar a la especie humana, donde, en un ejercicio de pedantería y falsa modestia, se incluyen.

Sois lobos señores, reconózcanlo. No hay nada de malo, forma parte de la naturaleza diversa. Vivirán más felices si aceptan su misantropía.

Para mi es un horror también esta actitud prepotente, pasiva, indiferente e injusta con la que usted se autoerige portavoz de la especie humana, como si esta fuera un ente homogéneo, resultando ésta siempre culpable del odio y asco que usted siente.

Reduciendo su responsabilidad a un golpe en el pecho mientras entona eso de por mi culpa, por mi culpa... Por cierto mucho más injusto y vacío que las pancartas que usted cita. Estos al menos tienen "mensajes bonitos", que lo suyo es odio feo.
además, detrás de las pancartas hay siempre una persona real, no un anónimo como un blog de opinión en la que firma un seudónimo cuya finalidad es cobarde.

Justifican así su desidia, su odio e indiferencia. Están tan desesperados al vivir sin querer aceptar que son ustedes los lobos a los que critican que no me extraña tanta injusticia e ignorancia en sus palabras al incluirnos a todos.

Los demás no es que sean tontos ni utópicos ni egoístas etc...algunos lo serán y otros no ( el que no personalice no mitiga su prepotencia). Pero lo que los demás no son es cómplices del horror y la incoherencia.

Esa incoherencia que les hace criticar Facebook y las redes sociales desde Facebook y las redes sociales, que celebran un título futbolístico eufóricos y al día siguiente dan la brasa con lo de la idiotización del balón, que culpan a la tv, pero hey! yo soy más listo porque soy consciente de que estoy haciendo mal y además se elegir.

Creo que en realidad es un comportamiento lógico en un lobo troquelado. Instintivamente les gusta regodearse con las vísceras y creen o necesitan creer que los demás nos comportamos de igual manera. Su decepción no es con la especie humana sino con ellos mismos por no aceptarse.


Avanzáis sin identidad, descontrolados y reprogramados. y eso es preocupante porque el odio con el que os alimentáis aunque convenientemente dosificado, es potencialmente destructivo. Menos mal que todavía, a pesar del empeño de los poderosos son los menos los que en su desesperación y fanatismo les lleva a cometer actos destructivos. Desde esa perspectiva entiendo el sentido de su blog. sino puede enfrentarse a él ( para lo cual es necesaria ayuda) manténganse siempre alerta a sus reflexiones y sea implacable pero no solo con los demás sino consigo mismo.

Permítame que le hable desde la misma trinchera anónima que usted. Por iniciativa no lo suelo hacer. Me da igual si lo publica o no. Haga lo que crea correcto. Simplemente si le queda constancia de mi preocupación por dicho comportamiento me es suficiente.

Campurriana dijo...

Anónimo, es su análisis y lo respeto. Veo que ha paseado por este blog de alguna manera, así que tampoco voy a detenerme en dar explicaciones sobre mi trinchera ni mis opiniones, más allá de lo que aparece por aquí. Tampoco las daré sobre mis incongruencias aunque soy muy consciente de ellas, si le sirve de consuelo. Es difícil ser totalmente congruente en esta sociedad en la que vivimos.

Asumo la crítica que me hace. Es su visión y no tengo nada más que decir al respecto.

Sé que tampoco ha pedido explicaciones, es cierto.

Agradezco, eso sí, que haya dedicado un tiempo en dejarme estas palabras en el saloncito, porque de ellas también aprendo.

En este país de las últimas cosas, sólo hablo de lo que siento ante lo que va apareciendo ante mis ojos. Nada más. Sin mayores pretensiones. Si no le gusta lo que lee, ya sabe que lo tiene muy fácil. Son las ventajas de esta inmensa red de redes...

Un saludo y, de nuevo, gracias.
Sinceramente.

Maribeluca dijo...

En efecto, cuando uno está tan fanatizado por el odio y tiene el cerebro tan lavado que muere matando poco se puede hacer...pero hay que empezar por alguna parte, y hemos sido demasiado comodones tolerando lo intolerable por un mal entendido "multiculturalismo" y sometidos al chantaje del que te tilda de "racista" por cualquier motivo cuando quien ejerce la intolerancia y eso mismo es justamente el que te señala la mayor parte de las veces, el buenismo es suicida y nos deja inermes ante la barbarie.

El camino es no tolerar en nuestra sociedad cosas como los burkas o cualquier cosa que atente contra nuestros valores y exigir una reciprocidad que no se da gracias a los petrodólares, pero esto va a ser duro y difícil...el primer paso es asumir que nos tienen declarada una guerra de sumisión o exterminio, cosa que hasta ahora no queríamos ver.

Bueno, parece que he encontrado el camino de saludarte :)

Campurriana dijo...

Maribeluca, totalmente de acuerdo contigo. ¡Totalmente!
Estamos a golpe de click, así que nos seguimos leyendo.
;)