9 de febrero de 2024

Cielo rosa que ahora es negro (en cuestión de segundos)


 

He querido sacar otra fotografía y ya no he encontrado ese color rosáceo de un cielo después de la lluvia. Así que os tendréis que conformar con estas gotas que resbalaban por mi ventana hace solamente un instante. Las gotas sobre ese fondo claro y perturbador. Ahora son las mismas pero parecen diferentes sobre la recién estrenada noche. 

Ausencias en las presencias y presencias en las ausencias. Ésa es mi vida AHORA. Pensaba en esto mientras observaba la ordenada colocación de todas ellas sobre el cristal. En el correr de los segundos que, por suerte, guardan con ellos todos esos momentos que se han vivido, que se han sufrido, que se han vivido. Porque a veces creo que en el sufrimiento me siento más cómoda últimamente, más cercana a todo aquello que he amado con MÁS fuerza.

Es curioso. Abajo, un montón de vehículos amontonados que se dirigen hacia el centro de la ciudad buscando quién sabe qué.


12 comentarios:

María dijo...

Ese cielo casi parece previo a una nevada...o a una puesta de sol y sin embargo dices que después se pudo negro.. de tormenta o de oscuridad? … ¿ en el sufrimiento te sientes más cómoda últimamente? ¿ cómo puede ser posible? ¿ se puede estar cómoda ahí? Yo huyo siempre de ahí, creía que huíamos todos…las gotas de lluvia sobre el cristal dibujan filigranas tan aleatorias y caóticas como nuestras vidas.. Creo que si tú fueras una gota de lluvia discurrirías hacia arriba ; ) Cuídate mucho CAMPU, un beso!

Alfred dijo...

Todas esas gotas caerán en hilillos para juntarse hacia el centro de su salida al mar.

Campurriana dijo...

María, es una forma de hablar...

Últimamente, la alegría es un sentimiento extraño para mí. A veces pienso que no volverá a ser como antes. Y nunca lo es. Es así la vida. Tenemos un pasado, un bagaje que llevamos con nosotros. Pero no a cuestas, sino con más sabiduría, más conscientes de lo que somos, de lo que hemos sido. Eso también es positivo. Aunque a veces duela.

Tus palabras son... inteligentes, sensibles. Gracias.

Campurriana dijo...

Por cierto, en este caso cayó la noche de verdad en cuestión de segundos. También estamos rodeados de tormentas. No sería raro...
Acaba de caer una buena granizada por estos lares.

Campurriana dijo...

Alfred, lo tienen cerca.
Todos vamos a dar a la mar...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Que llueva.

TORO SALVAJE dijo...

Gracias por este regalo de luz, tiempo y lluvia.

Dónde van?
Yo te lo digo: no lo saben... simplemente intentan huir de sus vidas y siempre fracasan.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Mi comentario se fue al spam?
O está castigado?
O es domingo y duermes placenteramente?
Je.

Campurriana dijo...

Pedro, la lluvia trae consigo la limpieza del ambiente. Y vaya si necesitamos limpiezas de ambientes...

Toro, no sé qué ocurre con los comentarios últimamente. Aunque, ahora que lo veo, quizá no entré en el blog cuando lo escribiste ayer y hoy he incumplido con el mandamiento de la no pereza porque es domingo, día tontorrón donde los haya...

El de María, ya no apareció el otro día. Y el de Alfred apareció más tarde... Creo que los comentarios están haciendo un poco lo que les da la gana.
:)

Campurriana dijo...

Por cierto, Toro, no he respondido al tuyo. Al principal.

Una luz preciosa que es más valorada aún por la fugacidad de su belleza.
Un tiempo que corre sin detenerse a observar.
Y la lluvia, que se lo lleva todo por delante.
En definitiva, vivimos en una corriente sin miramientos.

Los que corren hacia el centro, no son conscientes de las bombas de relojería que albergan sus corazones extraviados.

Me he levantado positiva.
Je

Marian dijo...

Tu post denota mucha tristeza, melancolía. A veces nos refugiamos en el sufrimiento para seguir adelante y no olvidar a los que ya no están por distintas causas. me gustó la frase "Ausencias en las presencias y presencias en las ausencias", aunque no que esa sea tu vida ahora
Besos

Campurriana dijo...

Marian, así me siento en una etapa de mi vida en la que me enfrento al toro bravo de la inmensa soledad que nos acompaña. Y es verdad que nos acompaña a TODOS, aunque yo no lo he visto tan claramente como lo veo precisamente en este momento de mi existencia. Es enriquecedor también. Porque nos enfrentamos como nunca a nosotros mismos; Completamente desnudos. Con lo bueno y con lo no tan bueno.