1 de enero de 2007

Allá, en las tierras altas....


Desde la rama del ciprés dormido
el dulce ruiseñor canta a la luna
y la invita a bajar hasta su nido.
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna...
y eso que el ruiseñor, en un descuido,
puede llegar volando hasta la luna.



6 comentarios:

  1. Me encanta la lunita, como siempre me hace soñar y desear imposibles...

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  2. Raiña, a mi también me atrae su belleza y su misterio...Por cierto, que ya está llenita brillando en el cielo...

    Luna llena, invisibles son los hilos que manejas...luna llena, siempre envuelta en un halo de lunática tristeza...

    ¿Recuerdas?...

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  3. Y todo hay que decirlo, ésta (la de la foto) es la luna de Segovia, empezando a resplandecer sobre la sierra...

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  4. Preciosa foto, ya veo que sigues teniendo debilidad por la luna...
    Y esta semana, prácticamente es lo único que estoy viendo!!

    1 bico desde el mundo Blade

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  5. Anónimo5/1/07, 1:09

    Hay cosas que no cambian, María...
    Un beso y ánimo con tus noches de "insomnio"...ya sabes que yo sigo siendo muy nocturna....
    Por cierto, mañana a las seis y media en pie ¡y mira qué horas!....

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  6. Poema del ruiseñor

    Desde la rama del ciprés dormido
    el dulce ruiseñor canta a la luna
    y la invita a bajar hasta su nido...
    Ya ves qué casto amor tan sin fortuna...
    Y eso que el ruiseñor, en su descuido
    puede llegar volando hasta la luna.

    Envuelto entre la luz embrujadora
    da al viento el ruiseñor, todas las galas
    que en su garganta mágica atesora;
    y la Luna se vuelve toda escalas
    de seda y luz...(La luna dizque ignora
    que su dulce cantor tiene dos alas...)

    Calla el agua en los claros surtidores
    se aduermen los arroyos cristalinos
    y se despiertan a escuchar las flores...
    Astro y pájaro, a un tiempo, están divinos...
    Y ella baja hasta él vuelta fulgores,
    y él asciende hasta ella vuelto trinos...

    LLeno de sombra y de quietud, como una
    pupila abierta al cielo indiferente,
    un retazo perdido de laguna
    sueña en la fronda del jardín... Presiente
    la pálida belleza de la luna
    aquel espejo claro y transparente.

    El ruiseñor solloza dolorido
    envuelto entre la luz embrujadora
    cuando calla de pronto, sorprendido,
    porque desde la rama en donde llora
    advierte que la luna se ha caído
    y flota sobre el agua onduladora.

    Calla el agua en los claros surtidores,
    se aduermen los arroyos cristalinos
    y se despiertan a escuchar las flores...
    Luna y pájaro, a un tiempo, están divinos...
    Y ella asciende hasta él vuelta fulgores,
    y él desciende hasta ella vuelto trinos.

    El pájaro suplica, impreca y canta
    mientras se multiplica a maravilla
    la flauta de su eglógica garganta...
    Y salta alegre al ver cómo se humilla
    la Luna que corriendo tras su planta
    se viene sobre el agua hasta la orilla...

    Ante el dulce deliquio que le miente
    la luna, riendo del cristal del lago,
    loco de amor el ruiseñor se siente,
    y respondiendo al amoroso halago,
    hunde el pico en el agua transparente
    y se bebe la luna trago a trago.



    RICARDO MIRÓ

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