Y de regalo, un libro y una rosa...
Quien no haya pasado tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo, y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
2 comentarios:
...se pierde uno de los mayores placeres de esta vida...
;-)
Miles de recuerdos...cuando leías debajo de las sábanas a escondidas, con la linterna que te regaló tu abuelo...
Es lo bonito de ser niño...
:)
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