Siempre me ha sorprendido la rapidez con la que dos cuerpos totalmente desconocidos pueden llegar a unirse, e incluso a sentir calor...
Iba a pedir a los lectores que nos hiciesen partícipes de alguna de esas aventuras nocturnas, en las que las luces de los focos a veces llegan a ocultar los defectos del amante y amado fugaz...
Recuerdo un beso dulce y profundo, robado en una calleja a oscuras, en la fiesta de mi pueblo.
ResponderEliminarTenía unos envidiables 18 añitos...
Raiña, me ha gustado la expresión de "beso robado"...
ResponderEliminar:)