
Quizá no somos tan diferentes unos de otros como pensamos...o quizá si...
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
En la variedad está el gusto.
ResponderEliminarY si no fuésemos curiosos, diferentes..., la vida sería de un solo color y bastante aburrida no? ;)
Me acuerdo de mis tiempos recorriéndome la línea 5, la verde.
ResponderEliminarSi, a mi también me gusta observar a la gente. Cada uno de ellos tan valioso...pero mucha gente se muestra violentada cuando descubre que la estás escrutando. Es una norma de cortesía que si no estás leyendo o echando una cabezadita, debes mirar al suelo con cara apesadumbrada, y no fijarte en el pasajero de enfrente.
Yo también recuerdo mis viajes diarios en metro y el estudio que, sin intención alguna, hice de la población de una gran capital...
ResponderEliminarLo cierto es que las personas sonríen menos en ciudades grandes...o ésa es la impresión que me quedó después de observar diariamente, durante casi un año, las caras de los pasajeros...