Un día en el que se han mezclado el sabor del mar con el de la lluvia, la arena blanca de las islas con las olas que llegaban con fuerza a la orilla, los caminos hacia el faro con los diferentes cantos de las gaviotas en época de cría, las vistas, los veleros, el cielo grisáceo, los manteles bajo los árboles, las risas, las anécdotas y la voz de aquellos que siguen cantando...
23 de julio de 2007
2 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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Las Cíes siguen estando espléndidas sin depender su belleza de los colores que las rodeen...
ResponderEliminarMe gusta un día de lluvia en verano, perfecto para leer, tirarse en el sofá, salir a pasear y mojarse...me gusta menos si hay que trabajar :P
ResponderEliminarAhora no deja de sonar en mi cabeza la canción de bailando bajo la lluvia, seguro que tú también has pisado alguna vez un charco :)