Y es allí, en esa casa ya abandonada de un pueblo de la provincia de Guadalajara, donde aún seguía la carta que nunca llegó a su destino, quizá por un capricho del tiempo o quizá porque su autor no quiso enviarla ni finalizarla. Puede que nunca pensase hacerlo...
Y continuaban, en lo que parecía haber sido un hogar, los muebles, la ropa, los utensilios de cocina, los libros...
Todos menos ellos.
Todos menos ellos.
Jodeeeer
ResponderEliminarJodeeeeeeer
Como me pones los dientes largooos.
GRBKJYKJDGJVXVKSD
Hace ya tanto tiempo, que la casa se debe haber venido abajo. Jo!
:(
Me están entrando unas ganas de coger carretera y manta dirección a la Sierra Pobre...
Me ha gustado. Cómo sigue?
ResponderEliminarLo has escrito tú?
Pues en un momento de inspiración...hasta yo tengo ganas de saber cómo sigue...
ResponderEliminar:)