No voy a decir que se trata de una película brillante pero sí que deja algunas escenas realmente logradas.
Un hombre solo, una perra que se deja querer por el espectador desde el primer momento, una situación al límite, un escenario casi vacío e invadido por maleza y la desolación que deja tras de sí ese virus letal. Un comienzo que promete traducido en el recorrido por la ciudad casi desierta, salpicado de animales salvajes, de velocidad, de desesperación y de soledad.
El argumento un tanto pobre y el final con ese toque americano que a veces desmerece.
Pero prefiero terminar recordando la escena tan tierna del baño, los ladridos de esa perrita desesperada que mira hacia arriba, ese abrazo tan emotivo y ese saludo tan necesitado.
Y hasta aquí podemos leer...
Un hombre solo, una perra que se deja querer por el espectador desde el primer momento, una situación al límite, un escenario casi vacío e invadido por maleza y la desolación que deja tras de sí ese virus letal. Un comienzo que promete traducido en el recorrido por la ciudad casi desierta, salpicado de animales salvajes, de velocidad, de desesperación y de soledad.
El argumento un tanto pobre y el final con ese toque americano que a veces desmerece.
Pero prefiero terminar recordando la escena tan tierna del baño, los ladridos de esa perrita desesperada que mira hacia arriba, ese abrazo tan emotivo y ese saludo tan necesitado.
Y hasta aquí podemos leer...
Por cierto, si la queréis ver, es más recomendable hacerlo desde la butaca de una sala de cine con una buena tecnología de sonido...
ResponderEliminarYo no he visto la película; pero sí hace años leí la novela de Matheson en que se basa, recuerdo que no sólo era muy entretenida: también te hacía pensar.
ResponderEliminarMe llama la atención que en muchas críticas se mencione lo pobre del final, cuando en la novela es absolutamente memorable.
Por lo que tengo entendido, el final de la película no tiene nada qué ver con el desenlace de la novela...
ResponderEliminarEs una pena que muchas historias se dejen estropear simplemente por un final poco adecuado.