Es lo que se dice una exposición entretenida. Por la profusión de material documental que incluye y porque casi un siglo después de su invención Charlot aún hace reír. Y no es nostalgia, ni sonrisa amable sino carcajadas. Menos ruidosas, eso sí, que las que provocaron en 1917 que un cine de Ohio reclamara a la productora Mutual Film Corporation los gastos de reforma del local que literalmente se había caído por las risotadas del público...
Charlot, el gran humanista
Me gustaría ver esta exposición...
ResponderEliminarMe llama la atención lo de humanista...sobre todo porque me suena haber escuchado en algún sitio que su relación con las mujeres fue un tanto tortuosa...
Si podéis añadir algo...
Me refiero a la vida de Charles Chaplin, claro...
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