18 de diciembre de 2007

Para leer...

En el fondo, además, siempre estamos solos. Más solos que la una y a casi cualquier hora, pobres o ricos, sanos o con hernias. Proust escribía: “Nos comunica alguien su enfermedad o su revés económico, lo escuchamos, lo compadecemos, tratamos de reconfortarle y volvemos a nuestros asuntos. ¡Qué solas estamos las personas!”.

2 comentarios:

Raíña Loba dijo...

Me gusta la fotografía.
Y cuánta razón tiene el texto, solitos aunque queramos disimular y nos engañemos creyendo que no lo estamos.

Anónimo dijo...

Cierto, Raiña...Solos nos enfrentamos a todo, incluso a nuestra muerte; es éste el momento en el que creo uno se debe de dar más cuenta, en el que se confirma que en los instantes más decisivos de nuestra vida, ahí estamos nosotros y nadie más...
¡Qué tenebrosa me pongo!. Me lo pegas...
:)