Fuente de la fotografía: Contrasentido
Sin saber qué decir me quedé hoy cuando, mientras leía las noticias del día en la entrada del centro, se acercó a mí un hombre negro de unos sesenta años, con aspecto triste y olvidado, y me preguntó con palabras que parecía llevarse el viento en cuanto salían de su boca, que si de verdad creíamos que eran una mierda, que si de verdad suponían eso en nuestro país dulcemente receptor, que si es cierto que no valen nada los hombres como él...
Una sensación de vacío, de impotencia, de inmensa tristeza, que no supe resolver mientras le echaban de allí como si fuese un perro...
Una sensación de vacío, de impotencia, de inmensa tristeza, que no supe resolver mientras le echaban de allí como si fuese un perro...
Que no nos veamos nunca en una situación parecida... o los nuestros... tal y como lo has expresado… me da tristeza y rabia... siempre me pongo en el lugar del otro... y pienso que me podría haber visto así... lejos de mi casa... de mi gente y que nos trataran... como a una mierd... porque a los perros se les trata mejor...
ResponderEliminarEche un vistazo a tu casa... me gusta... la enlazo con la mía... vendré a menudo a visitarte.
Un abrazo
Gemma, muchas gracias y cuando lo desees puedes entrar sin llamar. La puerta está abierta a todos aquellos que vengan a reflexionar, a hacer crítica constructiva, a exponer con calma, a compartir, a aprender de los demás y de uno mismo...
ResponderEliminarEsta entrada está basada en un hecho real. Tan real como el sentimiento que perdura en mí...veo sus ojos tristes y creo que nunca me olvidaré de ellos.
Es mi homenaje silencioso a un hombre que sufre, que tiene una vida detrás que le pesa, que le condiciona, que le esclaviza, y que seguramente no se merece...
No creo que haya palabras para responder adecuadamente a preguntas como ésas.
ResponderEliminarLa sola pregunta indica que el demandante tiene asumida ya 'su' respuesta.
Boas noites
Supongo que alguién debió pensar que la presencia del hombre molestaba o incomodaba...Ese, el que decidió echarlo, es el que me deja a mí una sensación de tristeza.
ResponderEliminarAveces creo que estamos haciendo una sociedad donde la apariencia e indeferencia son los valores a conquistar. La humillación prepotencia y deshumanización con que nos tratamos es lamentable.
No hay hombre que no valga nada,
Efectivamente, Liza. No hay hombre que no valga nada.
ResponderEliminarSomos tan débiles, tan inseguros, que todavía necesitamos pensar que hay alguien por debajo de nosotros.
ResponderEliminarPonernos en el lugar de los demás, preguntas retóricas, debilidades...
ResponderEliminarDe la mirada de este hombre salían verdades como puños, verdades que nos duelen.
Hoy no lo he vuelto a ver. Quizá ya no vuelva...
Los vacíos son necesarios ara aprender a amar todo aquello que los llena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un gran blog. Volveré.
La sensación de vacío, impotencia y tristeza debe estar relacionada con alguna empatía subconsciente que nos recuerda, a su manera, cómo y qué sentiríamos siendo rechazados como perro pulgoso y con alguna costra insana.
ResponderEliminarsaludo
Cuánta fuerza!
ResponderEliminarGraciasp or compartir esto!
Gracias a vosotros.
ResponderEliminarUna lección de la vida, como tantas otras.
Felices sueños y felices despertares.
http://otravacanelmaiz.blogspot.com/2008/07/cayuco-de-cristal.html
ResponderEliminarhttp://ovnmphotos.blogspot.com/2008/07/cayucos-azul-y-rojo.html
Permíteme que te ponga dos enlaces en la misma línea.