Fuente de la fotografía: Picasa
Lo cierto es que no me atraen estas fechas, ya no por el consumismo feroz e irracional en el que se han convertido, sino por un sentimiento de nostalgia-tristeza que me invade cada vez que se acercan con paso ruidoso y cada vez más ruidoso. Recuerdos de infancia, de familia, de momentos vividos que ya no regresarán nunca, de reuniones con risas como música de fondo, con lloros silenciosos. Me vienen a la mente fotografías de ésas que realmente se han vivido y una de ellas podría parecerse a ésta que he encontrado. Iba en el coche con mi padre una noche de navidad. Miraba hacia arriba desde la ventanilla del asiento trasero a todas las luces que desfilaban por el cielo, a todas las estrellas que esta vez se habían acercado para ver si verdaderamente nos habíamos portado bien ese año. Creo que desde entonces las veo cada vez más lejos, cada vez más fugaces.
Conviertelas a tu gusto, transfórmalas, dales un significado propio que te hagan sonreir, las cosas están para ser transformados a tu gusto.....
ResponderEliminar¡Cuánta razón tienes, José María!
ResponderEliminarUn saludo y feliz tarde de domingo.
Quizá las estrellas que iluminan de verdad debemos llevarlas instaladas dentro.
ResponderEliminarLas de fuera no dejen de ser más que un pequeño recordatorio de aquellos tiempos en que soñabamos que sólo existen las estrellas en el cielo.
Feliz descanso.