Recuerdo este cuadro con especial cariño porque habitaba cuando yo era niña en algún rincón de casa. Me paraba a mirarlo muchas veces y me llamaban la atención sus colores y la abundancia de pinceladas sin delimitar que se movían a su antojo por el lienzo. De hecho, parecía que en cada momento había un cuadro distinto colgado en la pared. A veces las protagonistas eran felices, otras parecían preocupadas o incluso tristes. Sin duda, la pintura estaba viva.
15 de marzo de 2009
5 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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"... El tiempo está muy bueno y tengo algunos modelos.
ResponderEliminarEstoy arreglándomelas con árboles en flor, con mujeres y con niños..."
Así escribía Renoir desde Chatou, a orillas del Sena, en la primavera de 1881.
Fue entonces cuando pintó a estas dos hermanas en la terraza del Restaurant Fournaise.
Querida , has explicado tu sensación de la niñez de manera tan tierna..
., como se puede sentir el arte, pintura viva, así es.
Bicos
es realmente bello.
ResponderEliminarsaludos
Me encanta el sombrero de la niña y el rojo pasión del otro. Para verlo más de una vez.
ResponderEliminarBello cuadro, bello texto, bello momento el que nos muestra el pintor y tu a través de tus palabras!
ResponderEliminarRealmente acertaba Renoir con sus temáticas...
ResponderEliminarGracias por vuestras aportaciones. Un cuadro realmente bello y no sólo por los recuerdos.
Felices sueños, dormidos o despiertos...