21 de mayo de 2009

Un poco de arte para esta tarde de jueves...


Jean-Baptiste-Camille Corot
París, 1796 - Ville-d'Avray, 1875

Corot cursó estudios en Ruán y no se inició en la pintura hasta los 26 años. En 1822 recibió de sus padres la asignación de una importante suma de dinero anual que le permitió dedicarse íntegramente a la pintura. Ingresó en el taller de Achille-Etna Michallon y de Jean-Victor Bertin, paisajistas neoclásicos ambos, que le inculcaron el estudio de la naturaleza, si bien en función de la realización de paisajes históricos. En su formación también cabe mencionar el tratado monumental de paisaje de Pierre-Henri de Valenciennes, maestro de Bertin y Michallon.

En 1825 Corot marchó por tres años a Roma, donde realizó estudios de arquitecturas, árboles y rocas, efectos de la luz sobre el agua y vistas panorámicas, tanto de la propia capital como de la campiña romana, destinados a servir de base para sus composiciones realizadas en el taller, tales como Vista tomada en Narni y Campiña romana, presentadas en el Salon parisino de 1827.

En los años treinta estudió a los paisajistas holandeses y flamencos del siglo XVII y a sus contemporáneos ingleses, viajando por Francia, Suiza e Italia (esta última en 1834 y 1843) en busca de motivos para sus composiciones. En su afán de humanizar el género del paisaje con la inclusión de figuras, dedicó parte de sus esfuerzos a retratar a amigos y familiares; obras que nunca expuso en público.

En 1845 Corot recibió las alabanzas de Baudelaire con ocasión de su participación en el Salon. En 1846 recibió la Legión de Honor. Dos años más tarde fue elegido miembro del jurado del Salon. En 1851 presentó en el Salon su pintura La mañana. Danza de las ninfas que marcaría el inicio de su estilo maduro -caracterizado por la recreación de paisajes poéticos, poblados de figuras de la Antigüedad y dotados de una atmósfera vaporosa, a medio camino entre lo real y lo ideal-; La mañana. Danza de las ninfas sería adquirida por el Estado francés.
La muerte de su padre en 1847 y de su madre en 1851 -con los que había vivido hasta entonces-, le permitió viajar mucho más a menudo por Francia, Suiza, Bélgica y Holanda, y estrechar su amistad con artistas como Charles-François Daubigny y Constant Dutilleux. En la Exposición Universal de 1855 obtuvo medalla de primera clase por Recuerdo de Marcoussis, adquirida por Napoleón III; compra que se volvería a repetir en el Salon de 1864 con Recuerdo de Mortefontaine y en el de 1866 con La Soledad. Recuerdo de Vigen, Limousin, regalada por Napoleón III a la emperatriz. En 1867 participa con éxito en la Exposition Universelle, siendo nombrado oficial de la Legión de Honor.

En los años sesenta y setenta, tanto en los cuadros presentados por Corot en el Salon como en las decoraciones realizadas para las mansiones del príncipe Demidoff, de Daubigny o de la Sra. Castaignet, se aprecia una fuerte restricción cromática debida, posiblemente, a su interés por la fotografía. Además de los paisajes, son singularmente importantes en esos años sus obras dedicadas a la figura femenina.

Corot murió en Ville-d'Avray el 22 de febrero 1875.

Fuente: Museo Thyssen-Bornemisza

2 comentarios:

Raíña Loba dijo...

Un poco de historia siempre viene bien.

Me gustan los dos, pero mi preferido es el primero, me resulta melancólico, oteando el lago una tarde cualquiera.

Gracias Campu.

Campurriana dijo...

A mí me gustan mucho los dos, Raíña. Son tan delicados que no parece real lo que muestran, aunque pudiera serlo...

Gracias a tí por tus palabras.