24 de diciembre de 2009

Dragó y su columna...

GORRONES SIN FRONTERAS

 PUENTE LARGO. Remoloneo en la cama. La tele dice que los misioneros sin crucifijo, pero con chalecos de coronel Tapioca, secuestrados en Mauritania siguen en paradero desconocido. Mi mujer, que es japonesa, exclama: ¡Menudo chollo! Los españoles pagáis al contado y, encima, convertís en héroes a esos pijos. Razón lleva. Pijos, caraduras, gilipollas y gorrones, añado. ¿Acción solidaria? No. Acción mamaria (de mamoneo). Lo de esa gubernamentalísima organización no gubernamental es como para clamar al cielo en el que sus frailes no creen. Pijos, porque basta verlos, saber quiénes son sus papis y pasar lista a los enchufes de los que viven. Caraduras, porque jeta de granito hay que tener para asegurar que es la misericordia -solidaridad, la llaman. Jerga progre- lo que los mueve. ¡Oh, cuánto sacrificio! ¡Qué entereza de ánimo la que los lleva a arrostrar las penalidades del turismo de aventura! Gilipollas, porque lo es en grado sumo todo el que piense que con unos cuantos camiones cargados de alubias, chocolatinas y preservativos va a sacar de apuros a millones de personas gobernadas por sinvergüenzas. Son éstos quienes se quedan con el cepillo. Y aunque así no fuese, ¿no sería más lógico cargar la ayuda en un mercante y entregarla en los puertos de destino a cualquier institución solvente (si existiera, lo que es dudoso) o depositarla en las huchas del Domund? Tres cuartas partes, como mínimo, del dinero recaudado por las oenegés laicas van a parar al pozo de los gastos de gestión y al sumidero de la corrupción. Añadan a eso los del viajecito de treinta y tantas personas -¡treinta y tantas!- enviadas desde Cataluña, a todo tren, a tan lejanos parajes y echen cuentas. ¿Es que no hay aquí pobres sin intermediarios a la vuelta de cualquier esquina? Y si el donante los prefiere de raza negra o circuncisos y con chilaba por mor del exotismo, no han de faltarle. En cuanto a lo de gorrones, yo también me pongo a veces ridículos chalecos de coronel Tapioca, pero los pago de mi bolsillo. Si cruzo el Sáhara para revolcarme en las dunas y me descalabro o me voy al Índico a pescar atunes y doy en hueso, es sólo asunto mío o de los míos. ¡Ojalá los chupópteros sin fronteras regresen ilesos a sus camitas, pero confío en que lo sucedido sirva de escarmiento a esos tontainas y a quienes les consienten los caprichos! ¡Qué buenos son los politicastros mendicantes que nos llevan de excursión! Nunca viene mal una colleja propinada en el momento justo.

www.sanchezdrago.com

Sin duda, una columna que ha generado opiniones para todos los gustos y de todos los colores estos últimos días. No la había leído hasta ahora y tampoco me parece tan sorprendente lo que cuenta como para que surja tanta polémica. Quizá lo que muchos piensan y no se atreven a decir, claro...


NOTA: Quiero añadir que yo creo que se realizan importantes labores tanto por las ONG como por la Iglesia u otro tipo de asociaciones con fines solidarios. Pero una cosa no quita la otra...

2 comentarios:

Jose Luis dijo...

Pues bueno, quitando lo que dice de que las tres cuartas partes de lo que recaudan las ONGs laicas se pierde, lo cual es rigurosamente incierto, por lo menos en los casos que yo sé (que en otros lleva razón)no ha dicho nada que no sea verdad.

Campurriana dijo...

José Luis, yo opino lo mismo que tú. Y espero que lo de las tres cuartas partes sea, como dices, incierto. Yo conozco también personas que hacen una importante labor y con eso quiero quedarme. Ojalá no se pierda demasiado por el camino, aunque no debiera perderse nada...

Feliz año para ti.