De todos los amores de Pablo Neruda (1904-1973), el de Matilde Urrutia (1912-1985) fue quizá el más intenso y prolongado. Una pasión encendida al principio, cotidiana y perruna al final, de la que dan cuenta las Cartas de amor inéditas que lanza esta semana Seix Barral, en edición de Darío Oses y de las que El Cultural adelanta las más significativas y desesperadas...
Añadido: Al hilo de la entrada de días anteriores, seguimos hablando de amor, de cartas, de sentimientos...
Añadido: Al hilo de la entrada de días anteriores, seguimos hablando de amor, de cartas, de sentimientos...
Hola Campu,
ResponderEliminarHe leído algunas de esas cartas. Literariamente me han decepcionado. Tampoco es obligatorio hacer literatura epistolar de los amores, sobre todo si se hacen en determinadas 'circunstancias', de tapadillo, con siglas, con amigos intermediarios.
La poesía no deja de 'dar una forma nueva a lo que existe'.
A mi entender, vale más su obra que el personaje. Puedo equivocarme. Es tan sólo una opinión. Muy personal por cierto.
La misma opinión que tengo yo, Náufrago. Literariamente esos fragmentos me han decepcionado también porque su fin era bien distinto y los negocios a veces se sustentan en algo que no tiene sentido. Pablo Neruda me gusta. Su intimidad debería quedarse con él. Con ellos.
ResponderEliminarHe añadido esta entrada por la importancia que tiene para mí algo que ya prácticamente ha desparecido: la carta personal, escrita con puño y letra, con sentimiento. Y también por continuar con la anterior, en la que se mencionaban esos sonetos de amor...
Las opiniones que valen son las personales, Náufrago. Las políticamente correctas que a veces, y no pocas veces, aparecen en conversaciones varias, pueden ir directamente a la papelera de reciclaje.
Feliz sábado. Feliz fin de semana.