14 de febrero de 2010
6 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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¿Este pasó la censura?.
ResponderEliminarHola Campu,
ResponderEliminarA mi papá, que está en el lado izquierdo del cuadro, le gustaría darse un baño en esa fuente cuyas aguas hacen rejuvenecer.
No desea tanto la juventud del cuerpo. Con que rejuveneciera su interior, estaría muy satisfecho.
Yo me baño todos los días en esa fuente.
Feliz noche
Hola, Campu
ResponderEliminarA Douce se le ha olvidado decirte que soy el que va en la carretilla, para más señas
Realmente es curioso observarlo detenidamente. Se trata, efectivamente, de La fuente de la juventud de Lucas Cranach el Viejo (algunos lo atribuyen a su hijo, aunque este dato tampoco tiene relevancia ahora) y es del año 1546. Se indica que todo lo que aparece en él no es producto de la imaginación, que este tipo de lugares existieron aunque no exactamente como los pinta el autor. También se bañaban los hombres, aunque a veces separados por un tabique. Las mujeres no se bañaban desnudas, sino con unos camisones que se anudaban por debajo del pecho. Se sabe también de la existencia de ayudas a los pobres para asitir a estos lugares, de las finalidades varias de estos baños de salud o placer más carnal, de las galerías elevadas que se destinaban a observar los cuerpos jóvenes de las mujeres, de la música que acompañaba a los baños, de la creencia del poder curativo de Dios y no de la medicina, de la devolución de la juventud, que ya en el siglo XVI pocos creían...
ResponderEliminarSeguramente, por las escenas mostradas en este cuadro, fuese realizado por petición de un hombre por la presencia únicamente femenina en las aguas...
Se pueden ver tanto de la forma de pensar de la sociedad de la época...Como nota final, observad la actitud con la que el hombre del abrigo rojo observa el cuerpo de la mujer de avanzada edad...
Si lo deseáis, podéis añadir más...
Felices sueños y gracias por participar a los tres. Julio, casi no se te ve la cara...jejeje
Creo que, al igual que el Bosco, o posteriormente Dali, Cranach el viejo contrasta lo divino y lo humano, la realidad y la ilusión, la virtud y el vicio...todo revuelto en un mismo cuadro, con unos resultados inquietantes y difíciles de interpretar, pero fascinantes
ResponderEliminarSaludos cordiales
Rostam, es curioso lo que podemos deducir de cuadros como éste. Los contraste en el arte, como en la vida, siempre están al acecho. Aquí, Cranach puso algo de imaginación pero estos lugares existieron y escenas como la que vemos son testimonio de tiempos pasados...testimonio "casi" fiel...
ResponderEliminarGracias por tu visita y por tu aportación.