Fuente de la fotografía: Picasa
Y allí estaba el acueducto de Segovia recordándonos un pasado que mantiene vivo en forma de piedra. Impresionante obra. Aun se me ponen los pelos de punta cuando pienso cómo se hizo, cuándo se hizo...
Mi homenaje de hoy para él y para la ciudad que abriga...
Se trata de un video que encontré en Youtube y en el que aparece la ciudad retratada con música de fondo y una particular presentación. Algún día espero poder poner una realizada por mí...
ResponderEliminarSegovia tiene algo especial porque la sangre que corre por mis venas lleva algo de ella. ¡Y la sangre tira!. Vaya si tira...
:)
También para mí Segovia representa algo muy especial. Allí me estrené como profesor, muy jovencito.
ResponderEliminarAún guardo una foto de aquellos 28 primeros alumnos.No sé lo que habrá sido de ellos.Espero que ellos guarden un 'trocito' de mí, como yo guardo un gratísimo recuerdo de ellos: de Fermín, de Cantalejo, de Gibaja, de Félix, de Yago y tantos otros...
Es probable que Segovia se haya olvidado de mí, pero yo no me olvidaré nunca de ella. Pasé allí unos años muy felices.
¡Qué bonita experiencia, Náufrago!
ResponderEliminarAlgo tienes en común con Torrente Ballester...sus alumnos supongo que serían una parte importante de su vida como profesor...
Estoy segura de que te recuerdan. Me hace gracia el nombre de Cantalejo...como el pueblo...
No tuve la suerte de conocer Segovia ya que estuve en Madrid sólo 5 días. Sí me dio para conocer El Escorial y Valle de los Caídos y Toledo, bueno "conocer" ya sería demasiado decir.
ResponderEliminarDe que la sangre tira, estoy absolutamente segura. La emoción que sentí cuando llegué a Mondoñedo, es indescriptible.
Pues si tienes la oportunidad en siguientes viajes, no la desaproveches, Sylvia. La provincia de Segovia tampoco tiene desperdicio...Sepúlveda, las hoces del Duratón, Ayllón...y miles de rutas de senderismo por su sierra de diferentes colores según la época del año...
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