No pude regresar al pasado de este lugar de tazas de consomé en pleno invierno madrileño porque nunca estuve allí durante esos años dorados del Lhardy. Lo que sé de este rincón de Madrid es lo que he escuchado de mi padre, de mis tíos...
Ahora ya no es lo mismo, susurraban mientras probábamos de nuevo un caldo del Lhardy recientemente. Estoy convencida de que nunca será lo mismo como tantas otras cosas. Aun así, me gustó introducirme, al menos un poquito, en esa historia vivida por mi familia unos cuantos años antes, cuando yo aun no existía...
Gracias por ilustrar tus palabras con mis fotos.
ResponderEliminarEstuve alli hace años...inolvidables manjares.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a ti, Rua, por esta fotografía tan buena de este rincón especial.
ResponderEliminarCornelivs, dicen que está bueno el cocido...habrá que probarlo...(según mi tía está mejor el que hacen en casa pero seguro que comerlo en ese entorno también tiene su aquel)...
No sé en qué te basas para decir que "Lhardy" no es lo que era.
ResponderEliminarEn mi opinión, sigue siendo un lugar de lo más recomendable de Madrid. Y, efectivamente, su cocido madrileño es excelso, de lo mejorcito.
Saludos.
Jota Ele, explico en la entrada que me baso en comentarios de mi familia, que sí lo han conocido en diferentes etapas...la tacita de consomé no tiene el mismo sabor que antaño, me dijeron, y el cocido seguramente esté riquísimo, aunque aun no he tenido la oportunidad de probarlo y espero hacerlo pronto. De todas formas, cuando las épocas cambian los lugares cambian de una u otra manera y eso es lógico e inevitable.
ResponderEliminarEn ningún momento he querido hacer crítica de este lugar. En todo caso, constructiva...
Feliz fin de semana y gracias por tu aportación, Jota Ele. Te aseguro que la tendré muy en cuenta.