" Quién sabe si en el fondo los humanos no vemos en las miniaturas una réplica de nuestro mundo más tranquilizadora que el verdadero, un empequeñecimiento en el que se concentra una solidez que a nuestro tamaño no acabamos de comprender. Tal vez las casas de muñecas nos ayudan a entendernos mejor, a no temer tanto ese misterio de la vida que no podemos alcanzar.
(…)
15 de julio de 2010
5 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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Tal vez...
ResponderEliminarO quizas despierten nuestras peores pesadillas...
;)
Besos!
lo que pasa es que nos parece poder controlarlas
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con ambos. Por un lado, nos asustan cuando aparecen en escenarios propensos al temor de que algo inerte cobre vida sin nuestro permiso. Por otro lado, podemos sacarlas sólo cuando las necesitamos y para lo que necesitamos...
ResponderEliminar¿Y no me decís nada de esta muñeca?. Fue una agradable sorpresa que apareció en mis paseos por el trastero de la casa del pueblo...
:)
Y ademas con ojos saltones.
ResponderEliminarLa foto es en una capilla de la Toja en Pontevedra.
Kpax
Lo suponía pero no estaba segura, Kpax. Ya conozco el lugar del que hablas.
ResponderEliminarMuy pero que muy saltones...jeje