Que José María Aznar y Felipe González acepten cobrar sabrosos emolumentos de sendas compañías eléctricas precisamente en el momento en que el recibo de la luz sube considerablemente ha generado un sonoro cabreo en muchos ciudadanos. No porque no tengan derecho a trabajar con quien les venga en gana dentro de la legalidad, sino porque buena parte de esa elevada cotización les viene de los conocimientos y, sobre todo, de la amplia, elevada y selecta agenda de relaciones conseguida en su etapa como presidentes del Gobierno. Y se entiende que ese patrimonio inmaterial adquirido mientras estuvieron a sueldo de todos los españoles debería ponerse al servicio de todos en vez de utilizarse en exclusivo provecho propio.
Es, una vez más, lo de la mujer del César, que no solo debe ser honrada, sino también parecerlo. Lo que no extraña a nadie en personas que se hayan dedicado siempre a la actividad privada, suscita dudas en quienes han ostentado elevadas responsabilidades públicas y han gestado esos contactos mientras gestionaban el dinero de todos.
No pasará de una devaluación de la imagen pública de ambos líderes, probablemente pasajera, porque la crítica, y la decepción, se queda en la ética exigida a los dos personajes de los últimos 30 años que han construido una imagen más sólida en sus respectivos sectores de la ciudadanía.
No se plantean dudas sobre la legalidad de su decisión, tan frecuentes en el debate partidario de cada día y que quedan en agua de borrajas en la mayoría de las ocasiones por un exceso de ligereza en el planteamiento, bien por tratar de inflar artificialmente sospechas con poco fundamento, bien por sacar a la luz pública de forma precipitada casos de muy probables conductas delictivas que pueden quedar impunes por planteamientos defectuosos o tan contaminados de parcialidad que los desvirtúan.
Mucho se ha hablado del dinero que ganan los políticos después de hacer política. No sé si sería demasiado vergonzoso que el que fue Presidente del Gobierno de un país se viese justo después en la cola del paro con una mano delante y otra detrás. Supongo que no es conveniente, por supuesto. De ahí a todo ese conjunto de pensiones vitalicias y demás hay un largo trecho. No sé si Aznar y Felipe son buenos conocedores de esos mundos por los que andan metidos ni sé si realmente merecen esta pasta gansa que se introducen en los bolsillos. Si las compañías toman estas decisiones, sin duda, algo aportan estos grandes hombres del pasado de España, quizá no a los particulares de a pie pero algo aportan a alguien... Lo que tengo más claro es que el espectáculo que se observa, desde mi humilde posición, del recorrido del dinero en este país de chupócteros duele. Vaya si duele.
Campu, ¿cuántas veces te he dicho que no leas la prensa?...
¡Ja, ja, ja, ja!
ResponderEliminarEso. No leas la prensa, Campu, que es mejor.
Es un tema delicado que, comprensiblemente, puede dañar la sensibilidad de muchas personas que están sufriendo en sus carnes ese más allá del umbral de la pobreza.
No obstante, entiendo que las cosas deben mirarse con otra perspectiva. No todo es blanco o negro, sino que existen muchos matices de grises.
Las empresas no son idiotas. Se rigen por sus números y, a la hora de contratar a alguien, lo hacen partiendo de la base de que les va a otorgar beneficios.
Los casos de Aznar y González no son una excepción.
Hay que tener en cuenta que, tanto Endesa como Gas Natural, extienden sus dominios mucho más allá de nuestras fronteras. En el caso de Endesa, Sudamérica es un mercado en el que se encuentran presentes. Es sabido que Aznar cuenta con muchos y buenos contactos en esa parte del mundo. Por ejemplo, es íntimo amigo del presidente chileno, estando Endesa también en Chile. Lo mismo ocurre en otros países de esa parte del mundo.
Creo entender los motivos de su contratación como asesor de la presidencia y no como consejero como se ha dicho. Es fácil comprender que lo que pretende Endesa es que Aznar les abra puertas para futuras expansiones.
Y, ya sebe que estos personajes no trabajan por 1000 € brutos al mes.
De igual manera, me parece un despropósito que el potencial intelectual y humano que tienen estas personas deba ser desaprovechado una vez cumplidos sus deberes políticos, mandándoles a sus casas y prohibiéndoles que ejerzan cualquier actividad en el ámbito privado.
En definitiva, Campurriana. en contra de lo que se pueda pensar, su contratación se me antoja más beneficiosa que perjudicial para el resto de los españolitos.
¿Me explico?
Saludos.
Campu,
ResponderEliminarPues sí que es curioso que comuniquemos 'telepáticamente', sin acuerdo previo, quizá porque tengamos 'el mal gusto' de leer o escuchar, o puede porque hay noticias que 'huelen' a distancia
No temas que nuestros ex presidentes y afines tengan que hacer cola en las puertas del INEM. Saben muy bien dónde poner sus manos...'Compasiones', las mínimas. Los hechos de los que hablamos no tienen que ver tanto con los modos, lo justo o injusto de estos apaños, es simplemente una cuestión ética.Pero claro, en este mundo en que vivimos hacer referencias a esa palabra es confesar que uno es 'gili...eso'
Jota Ele, comprendo que, particularmente, las relaciones internacionales de Aznar son positivas para la compañía...otra cosa es dónde van a parar la mayor parte de los beneficios que se consiguen con tales contactos...el dinero que se queda por el camino...el que llega...
ResponderEliminarNáufrago, la ética es una palabra que no está muy de moda entre los que mueven el cotarro. Pena, penísima.
Otra aclaración: no me refería especialmente a nadie cuando hablaba de chupócteros...pensaba en muchos que merodean por el poder...
ResponderEliminarOs hago una pregunta...
ResponderEliminar¿Creéis que merece la pena permitir que ex-Presidentes del Gobierno trabajen en la empresa privada? ¿ocasiona esto un gran peligro por la cantidad de información privilegiada que han manejado en sus puestos, y por los intereses personales futuros que pueden lograr estando en el poder o es, al contrario, un apoyo importante para las empresas que los contratan?...
¿Debemos pagar su silencio o debemos dejarlos volar?...
A mí no me parece mal que las grandes empresas, sobre las que alguna vez han influido mucho sus decisiones desde el poder, les contraten.
ResponderEliminarLo que me sienta fatal es que haya que mantener, de por vida, a tanta gente que ha estado en las altas esferas del poder desde el inicio de la mal llamada democracia.
Y no se trata solo de estas dos personas. Hay muchos EX-algo que viven muy bien a costa de las arcas del Estado.
No es ilegal, porque para ello no tuvieron ningún problema en ponerse de acuerdo a la hora de adjudicarse privilegios.
Pero lo considero INDECENTE.
45 días por año trabajado, como máximo, igual que cualquiera. Dos años de paro máximo, como todos. Y Tantos años cotizados como me exigen a mí para obtener el 100% de la jubilación, con el límite que nos marca la ley a todos en cuanto a la cantidad a percibir.
Ya se llevan puesto todo lo conseguido en sus años dedicados a la vida política, además de muy beneficiosos contactos que les sitúan muy por encima del resto de los mortales, a la hora de conseguir un trabajo en el ámbito privado.
Parece que olvidamos que "sus" privilegios restan "nuestros" derechos.
Un saludo y feliz fin de semana.