21 de junio de 2012

Es tiempo de pensamientos...



Es cierto. Estamos en un lugar en el que creemos que el empresario es un ser horrible, en el que no se lleva eso de asumir responsabilidades y se nos da de perlas echar balones fuera...

También hay que pararse a meditar en este sentido porque no toda la culpa la tienen los demás. Toda no.

9 comentarios:

Sergio DS dijo...

Extrapolable también a hijos, pareja, etc. aunque en el ámbito de la relación diaria, en la actitud e iniciativa del día a día, claro está que existen situaciones en que la ayuda es necesaria pues no responde a incapacidad o falta de interés, sino a imposibilidad.

Goyo dijo...

Ni mucho menos. Normalmente la culpa siempre suele empezar en nosotros mismos. Pero somos demasiado guays para querer reconocerlo. Siempre es mejor echársela a los demás.

Juan Carlos dijo...

Algún gilí... dijo: hay que ser feliz. Y se acabó la cultura del esfuerzo, de la moral, del estudio, de la ética y del trabajo. Así nos va, de esos polvos vienen estos lodos.
Salu2

Juan Nadie dijo...

Ahí le has dado, Juan Carlos.

sebasnavarrete.blogspot.com dijo...

Una opinión muy acertada. Los que menos hacen son siempre los que más se quejan, creo que esto lo habremos observado todos, sucede en todos los trabajos.

Campurriana dijo...

Los que menos hacen son siempre los que más se quejan. Comprobable totalmente.

Anónimo dijo...

Solo dos tipos de personas pueden estar de acuerdo con esa opinión: El ser miserable y niño de papa, o el envidioso acomplejado con mala bilis.

Douce dijo...

Es curioso este mundo que llaman Blog. Una persona escribe un texto sobre una realidad que nos conforma. Se difunde por cientos de miles de sitios.

Por curiosidad, un náufrago quiso hacer una prueba. Escribió en una 'cosa' que llaman 'google'- otro término extraño - una frase y su autora, en lengua castellana: "Como anular a una persona Ana Cristina" y ese extraño aparato, en 0'12 segundos, devolvió la respuesta: "Aproximadamente 385.000 resultados".Curioso, admirable.

Este artículo que apareció en un periódico boliviano, de autora boliviana, de apellidos de origen vasco, llegó a Urugay, de Montevideo llegó a una isla y de la isla saltó a "El país de las últimas cosas..." Personas que sentimos lo mismo y nos habla dentro.

Gracias Campu por haber colaborado porque otras personas también, por lo menos durante unos minutos, se escucharán por dentro.

Campurriana dijo...

Tenemos que escucharnos, que socorrernos, que serenarnos...
Es cierto. Hay palabras que llegan y debieran ser leídas por todos más de una vez cada cierto tiempo. Tenemos tendencia a olvidar lo básico, lo más importante de la vida...