Parece que el verano se resiste a marcharse.
Cada día de sol es, sin duda, un regalo muy especial que debemos aprovechar.
Olvidemos por unos instantes las indignaciones y caminemos descalzos por la arena.
Antes de que regrese la lluvia.
Olvidemos por unos instantes las indignaciones y caminemos descalzos por la arena.
Antes de que regrese la lluvia.
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
Federico García Lorca
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
Federico García Lorca
y aunque regrese
ResponderEliminarNos acordamos del sol cuando llueve.
ResponderEliminarEs una buena propuesta Campu y la acompañas de una foto maravillosa
ResponderEliminarUn abrazo
Intentemos alejarnos de este ambiente pesimista. Es difícil, pero hay que intentarlo. Seguiré quedándome con las pequeñas cosas, las que me ofrece cada día la vida, anoche, por ejemplo, una preciosa luna.
ResponderEliminarY si regresa la lluvia, caminemos igualmente descalzos por la arena.
ResponderEliminarSalu2
¡¡¡Quien me diera!!! tener los balcones abiertos...
ResponderEliminarBesitos.
Vaya cómo añoras el verano... No hay que añorarle, el otoño también es necesario. Y el invierno. Y la primavera. Dejemos que la naturaleza siga su curso.
ResponderEliminarTambién adoro el otoño y los días de lluvia y frío. Quizá aquí comparaba el clima extremo con la situación difícil.
ResponderEliminarPero no. Esta noche soñaré con días de sol porque siento que me he quedado con más ganas de luz y calorcito. Siempre me ocurre...hasta que me acostumbro.
¡Dejad el balcón abierto!