16 de enero de 2013

El divorcio es una estafa



El divorcio es una estafa

Una de las estafas más enormes de nuestra era, uno de los fraudes más masivos e incomprensibles es el divorcio "porque ya no te quiero". Entiendo que alguien se pueda divorciar porque el otro le ha sido infiel o le ha maltratado, o ha incumplido de un modo clamoroso su parte del contrato.  

Pero ese llegar a casa al cabo de veinte años y decirle a tu mujer o a tu marido que ya no le quieres y que te vas con otro o con otra, o que no te vas con nadie y que simplemente te vas; esa retórica sentimental de reality de media tarde, es una total y muy despreciable estafa. La gente se ha cansaso de luchar, y por eso nuestro mundo da hoy tanta pena. No hay sentido del honor, no hay sentido del deber, todo se quiere gratis; nadie cree que deba nada. Sin temor de Dios ni conciencia de pecado original, la vida no vale nada.


Hicimos una promesa, y aunque no está de moda recordarlo, nuestras promesas tiene un valor o tendrían que tenerlo. Y sobre esa promesa construimos nuestra iglesia. Tu es Petrus. Pasan los años, pasan los chicos y las chicas, nuestros cuerpos se vuelven menos hermosos de lo que eran pero puedo ver tu sonrisa a través de las gafas de lectura y me parece más dulce que nunca. Caen los años, es cierto, sí, como sentencias del tiempo, y junto a la vida que elegimos pasa, fantasmagórico, todo aquello a lo que de un modo o otro renunciamos. Las ventanas abiertas a la espuma de abandonados mares de leyenda. Entre la nieve y las rosas hay algo más que el cristal.

Se quiere por acumulación, por cansancio, por compasión. Se quiere al límite de nuestra propia condición, como una esperanza o una plegaria, se quiere por piedad. El amor enamorado es una aroma de salida, muy potente pero que se desvanece enseguida, como las notas cítricas de un perfume. Luego empieza el amor verdadero, más poderoso que la vida y que la muerte, el amor que se mezcla con la sangre y con la carne, que aparece y se va en cada sueño, que nos eleva y nos ata, que nos salva y nos quema. Hicimos una promesa.

"Ya no te quiero" es una renuncia, una traición, una monumental estafa. Escandalosa dejación de funciones, amar es cuidar de dos almas. ¿En qué momento te olvidaste de la mía? Amar es arremangarse, ensuciarse, subir y bajar mil veces del fango la manta de estrellas, del júbilo a la miseria, saber que no hay solución y permanecer junto a él o junto a ella. Hicimos una promesa. En la enfermedad y en la salud, en la alegría y en la tristeza. No digas que has conocido a alguien -eso ya lo sabías des del principio. No digas que no sabes qué te ha pasado -el amor es la respuesta si sabes como tratarlo, hacerlo crecer como a un bebé para que con el tiempo de vuelva fuerte y no se vaya.

Salvo en los casos extremos anteriormente citados el divorcio no es una opción ni un derecho, es un fracaso. Almas poco musculadas, inteligencias poco dispuestas a asumir los verdaderos retos importantes, ya no digamos si hay hijos en danza. Especialmente entre los nacidos a partir de 1970, que tuvieron toda la información y todas las opciones, toda la libertad para "experimentar" - que es como se dice ahora- que al cabo de un año o dos de haberse casado se divorcien es una terrible ofensa a nuestro propósito fundacional, un modo muy barato y mezquino de comportarse. Algo que da una información muy penosa y sórdida de lo que hacemos y somos.

No digo que sea fácil. Nadie dijo que fuera fácil. Hicimos una promesa y somos nuestras promesas: eso es lo que somos. Nuestras promesas crecen con nosotros y nos hacen dignos y nos acercan a nuestro destino. Hicimos una promesa. Tenemos una misión. La vida es real, la vida es seria y la tumba no es su meta.   


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un fraude y una estafa es estar con una pareja a quien no se quiere.

El amor enamorado es precisamente el que no desvanece nunca, éste exactamente, es el amor verdadero.

Querer no es amar. Una verdadera pareja tiene que amarse y en ese amor está ímplicito el quererse, éste es el amor verdadero.

Un fracaso es convivir hipócritamente con alguien sin amarse, es lo más deshonesto que se pueda dar entre una pareja, entre dos personas. La convivencia con alguien que no soportas es un martirio, es frustrante, es inútil.

La vida es real, la vida es seria y la tumba es estar con alguien que no amas.

Sergio DS dijo...

Crítica dura y pelín mordaz no por ello menos cierta. Se lucha y se gana, es querer.

Estamos en una sociedad con poco ánimo de lucha, de derechos y no deberes, de tomo y no doy, cojo y no cedo, sirve para el matrimonio y tantas otras cosas.

Campurriana Campu dijo...

Yo estoy más de acuerdo con él (Sostres) que en desacuerdo. De hecho, bastante de acuerdo con él o casi totalmente. Y es que nadie ha dicho que las cosas sean fáciles en esta vida pero si nos comprometemos con una persona será por algo o eso quiero pensar yo. Parece que ya nada vale... Ni los hechos, ni las palabras...al final creamos sociedades vacías de compromisos serios que buscan esa felicidad instantánea, efímera...

La ligereza es lo que me da más miedo porque cuando aparece ésta, aparecen mil soledades...

Anónimo dijo...

"amar es cuidar de dos almas. ¿En qué momento te olvidaste de la mía?"

Esta frase me recuerda a esta otra:

"Un egoísta es una persona que piensa más en sí misma que en mí"
Ambrose Bierce

Y con esto quiero decir que el argumento de este artículo es tremendamente egoísta.

Otra cosa más: "hicimos una promesa"...

Si te creíste que el matrimonio es para toda la vida, es tu problema. No lo es, desde que existe el divorcio.

Anónimo dijo...

Deja ya de juzgar a los demás. Deja de criticar las opciones y libertades de los demás, deja de exponer tus motivos de como y porque las personas hacen o dejan de hacer.

Como puedes, después de criticar como criticas todo lo que no te gusta, hablar de ligereza. Tus entradas si que son efímeras y vacías, tu si que buscas una felicidad instantanea...

La "sociedad" no tiene la culpa de tu amargura, ( y Javier Barden tampoco)