9 de mayo de 2013

Caminos


Otro viaje para una despedida.
Te echaremos mucho de menos.

5 comentarios:

Sergio DS dijo...

Realmente apena.
:(

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Toda la vida es eso: un camino en el que saludas y despides. Hasta que ya no puedes hacerlo... Un abrazo.

Campurriana dijo...

Me acabo de enterar también del fallecimiento de Alfredo Landa y Juan Tarodo de Olé Olé.
Un abrazo a sus familias. Los recordaremos siempre por formar parte de una época que, al menos yo, recuerdo con muchísimo cariño.

Sergio, no quería ponerme triste pero es inevitable, supongo. Ese paseo de los animales sobre esas tierras castellanas era una metáfora de la vida...

Pedro, lo que tú acabas de expresar es lo que intenta mostrar la fotografía.

Me gustaría asumir estas despedidas como algo "normal" pero no puedo. El dolor, supongo, es casi inevitable y el tiempo es nuestro mejor amigo en estos casos...el que dulcifica y repara de alguna manera...

Douce dijo...

Toda muerte de familiar, amigo, compañero, conocido, o simplemente nos que hayamos rozado sin cambiar una palabra que termina su camino, nos quita un trozo de nosotros y nos señala un aviso.

No sabía a quién te referías , en tu entrada y lo siento. Pero al oír el nombre de Alfredo Landa es como si se fueran tantas horas de humor y de ternura que él nos ha alimentado interiormente.

Hace un mes o así , oí algo de su enfermedad aunque quien lo decía no señaló nada claro. Pero desde aquel día me dije que tenía saber cuál era esa enfermedad.

Ahora sé a través tuyo su despido de nosotros y he revivido todos los momentos que él me regaló. Le he vuelto a ver aquella cara redonda de ojos vivos, gestos Landa, sus dedos y también cuando se mostraba tierno o el humorista L.

Es algo más de un ‘hasta siempre’, es un aviso. Afortunadamente ha sido una vida que ha hecho reír y llorar de ternura.

Ha desaparecido, pero sigue vivo.

Gracias, Campu. Siento lo tuyo

Campurriana Campu dijo...

Es ley de vida dicen...claro que lo es y es normal y hay que asumirlo.
Pienso también que cada vez nos hacemos más fuertes. No nos queda otra. Aprendamos al menos a disfrutar cada día, cada momento y hagamos disfrutar al prójimo...
Es simple y nos complicamos tanto...

Gracias, Náufrago.